Nerea Añel Vázquez, de 27 años, permanece desaparecida desde finales de enero. Es el caso más importante para la Policía Nacional de Ourense tras haber resuelto en poco más de tres meses el crimen del bar Novo. La Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de la comisaría sigue con la investigación, que en la primera fase incluyó rastreos con perros y drones en las inmediaciones del barrio de Covadonga y de un motel de Barbadás, así como vigilancias y entrevistas en los lugares que la chica frecuentaba y donde fue vista por última vez. Su padre, Carlos Añel, asegura que ha hecho averiguaciones por su cuenta. "He dado una serie de nombres para que la Policía vaya y los interrogue". El progenitor, que el lunes acudió al Concello de Ourense, solicita que el caso de su hija reciba la misma atención y recursos "que el de otras desaparecidas".

Recientemente, la Policía investigó y comprobó que el número de móvil de Nerea Añel fue asignado por la compañía a otra persona, residente en la comunidad de Cataluña. Al estar vinculado a sus redes sociales se observó actividad hace días y los agentes, informados del hecho, verificaron que no era ella.

Los carteles con su fotografía se han difundido a través de las redes sociales y también en numerosos establecimientos y lugares públicos de Ourense. El 20 de enero es la fecha en la que supuestamente fue vista por última vez, aunque su madre, Belén, quien se desvive por dar con su paradero, no tiene noticias de ella desde la cena del día de Reyes. Apela a la colaboración ciudadana. El estado de alarma, sobre todo durante el confinamiento estricto, ha dificultado las pesquisas, pero la Policía sigue.