La evolución favorable de los indicadores en la lucha contra el Covid es visible en la bajada progresiva de la curva, en la recuperación de la actividad asistencial y también en el cierre de instalaciones que se pusieron en marcha durante el estado de alarma para reforzar la cobertura sanitaria en Ourense. La UCI quedó libre de coronavirus la semana pasada, desde el sábado no hay ningún diagnóstico positivo entre la población de las residencias de toda la provincia y ayer cerró sus puertas en el hospital de Piñor la Unidad Residencial Medicalizada abierta el 12 de abril para reforzar la asistencia a los enfermos Covid.

El cierre se formalizó ayer por la mañana tras recibir el alta los últimos cuatro pacientes, dos residentes del asilo San José, de Rairo, y uno del centro DomusVi de Barrocás, plenamente curados, y un cuarto que fue trasladado al CHUO para completar su recuperación. En 50 días de funcionamiento, este hospital atendió a 80 personas, la mayoría procedentes de centros residenciales.

El área sanitaria de Ourense indicó ayer que las instalaciones de Piñor permanecerán disponibles para la reapertura inmediata de esta unidad en caso de un rebrote, y señala que, con su cierre, "se supera un intenso capítulo de la sanidad pública de Ourense marcado por la preocupación por las residencias". En esta línea, añaden, Piñor funcionó como una planta Covid-19 más y "supuso la puesta en marcha de un sistema asistencial inédito, en el que colaboró voluntariamente personal sanitario y residentes en formación de centros de salud, Puntos de Atención Continuada y del Hospital Universitario de Ourense".

A este centro fueron derivados enfermos positivos al Covid, procedentes mayoritariamente de las distintas residencias de la provincia y con un estado de salud que, si bien no requería de un ingreso hospitalario, sí precisaba de unos cuidados sanitarios continuados, además de estrictas medidas de prevención para evitar la extensión de la infección en sus residencias de origen.

La apertura de Piñor como Unidad Residencial, motivó el traslado de los pacientes de la Unidad de Rehabilitación Psiquiátrica a la llamada Casa de Ejercicios, y ofreció una respuesta ágil a los problemas detectados en la Residencia Nosa Señora de Fátima, de O Barco, desde la que se trasladaron los primeros pacientes.

En pleno pico de la pandemia, y con muchas residencias de mayores afectadas por la propagación del virus, la puesta en marcha de esta unidad ofreció "una respuesta asistencial prestada por personal sanitario y no sanitario del Sergas", explican desde el área sanitaria. Un equipo multiprofesional, inciden, compuesto por celadores, técnicos de cuidados auxiliares de enfermería (TCAE), personal de enfermería, y personal de médico. De esta forma, "la nueva unidad nacía con capacidad para atender también a residentes con problemas de movilidad o dependencia, así como otras necesidades médicas", complementando a la residencia de Los Milagros, en Molgas, que también funcionó como centro integrado, y que cerró el 23 de mayo.

Piñor funcionó como una unidad más del Hospital Universitario de Ourense.