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Los primeros de Aeroespacial despliegan sus alas

La promoción que estrenó el grado se despide confinada y ante un escenario laboral incierto, pero "satisfecha y preparada"

Imagen de grupo el primer dia de clases de la primera promoción de Aeroespacial, en 2016. // Duvi

El grado de Ingeniería Aeroespacial se implantó en el campus de Ourense en 2016. Atrás quedaba el intento fallido de restituir los estudios de Física suprimidos en 2009 a partir de un acuerdo que el TSXG declaró posteriormente ilegal. Aeroespacial surgió como alternativa y despegó situándose entre las titulaciones con las notas de corte más altas de Galicia. Y también como una de las carreras más demandadas entre los mejores expedientes académicos.

Cuatro años después, los 50 alumnos que lograron las primeras plazas han visto cumplidas sus expectativas iniciales y se preparan para dar un nuevo paso. Ni el escenario laboral es, al menos de momento, el que soñaban en 2016 cuando formalizaron su matrícula, ni tampoco el académico. Por un lado, la pandemia prácticamente ha paralizado la producción aeronáutica y, por otro, el máster habilitante que les permitiría continuar con su formación en la Escuela de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de Ourense, no se implantará el próximo curso tal y como estaba previsto, lo que les condena a cambiar de opción o continuar fuera de Galicia. La Xunta impuso, contra la voluntad del centro ourensano de mantener la exclusividad de estos estudios, un máster compartido con la Universidad de A Coruña y la tramitación se atascó por falta de acuerdo.

La avanzadilla de los ingenieros aeroespaciales formados en Galicia hace repaso de los cuatro primeros años de implantación y, por lo general, se siente "muy satisfecha con el desarrollo del grado", aunque, en una valoración consensuada a través de la delegación de alumnos, admiten también que "ha habido muchos problemas que se han tenido que solucionar sobre la marcha". El retraso en la contratación de profesorado especializado y la puesta en marcha de los laboratorios para la realización de prácticas en el nuevo edificio del Campus del Agua llegaron a provocar una "huelga a la japonesa". Superados los baches, la opinión mayoritaria respecto a la carrera, señalan, "es buena".

En términos generales, los estudiantes indican que la titulación resultó como esperaban, e incluso en ocasiones más dura, "pero al fin y al cabo, está considerada una de las carreras más difíciles", destacan. "El alumnado está satisfecho con la formación que ha recibido durante estos cuatro años", inciden.

Respecto a los planes a corto plazo, un buen número de los alumnos que finalizan el grado este año, explican, "tienen la intención de matricularse en un máster de Aeroespacial, aunque también se cuentan los alumnos que tienen ganas de lanzarse al mercado laboral, de compaginar máster y un primer trabajo, o incluso de matricularse en otro grado para ampliar su formación".

También es cierto que no todos los alumnos que iniciaron sus estudios en 2016 tendrán la suerte de terminar este año y presentar su Trabajo de Fin de Grado, precisan, ya que "al fin y al cabo se trata de una carrera difícil, por lo que parte de esta primera generación necesitará de más tiempo para acabar sus estudios".

Iniciar la aventura laboral en este momento, en plena crisis causada por el Covid-19, plantea un camino más pedregoso que el que habían imaginado. "Con muchas empresas actualmente sin trabajar, una flota aérea mundial prácticamente paralizada, y la fabricación de aeronaves reducida casi a cero, parece complicado que una empresa decida apostar por un ingeniero recién graduado y sin ninguna experiencia en el sector".

Pese a esto, señalan los alumnos, "hay esperanza", ya que las tasas de paro en la actividad aeronáutica, son muy bajas. "A día de hoy no podemos concebir nuestro modo de vida sin aviones o sin satélites, por lo que la mayoría contamos con que el sector levantará cabeza". Además, sostienen que el reducido número de ingenieros aeronáuticos que se gradúa cada año respecto a otras ingenierías jugará a su favor.

No obstante, el "debilitado mercado laboral" no es el único problema que afrontan estos alumnos en la recta final de su formación de graso a causa de la pandemia de coronavirus. "A nivel de docencia ha resultado complicado impartir ciertas asignaturas de carácter muy práctico", explican, "además, el cierre de las instalaciones de la universidad supuso grandes impedimentos para que algunos alumnos pudiesen realizar su TFG de la manera prevista". Esto provocó que algunos de ellos optasen por reformular el proyecto para evitar la dependencia de las pruebas de laboratorio.

Respecto a la actuación de la Universidad de Vigo ante la crisis derivada de la pandemia, "muchos alumnos opinan que puede ser cuestionable en algunos aspectos, pero que por la experiencia en nuestra escuela, y comparándonos con otros centros, e incluso con otras universidades de Galicia, las consecuencias se han visto bastante mitigadas, y la sensación es que se ha gestionado bien dentro de lo posible".

Por el contrario, frente a la tramitación por parte de la Universidad de Vigo y la Consellería de Educación del máster en Ingeniería Aeronáutica que finalmente no se implantará el próximo curso, la sensación mayoritaria es de "decepción". Empezando, dice el alumnado de la primera promoción, por la decisión de la consellería de crear un máster interuniversitario con la Escuela de Ingeniería Técnica de Caminos de la Universidad de A Coruña. "Un máster habilitante compartido, algo que no ocurre en ninguna otra escuela de Aeroespacial de España, ha sido una decisión puramente política, que no tiene en cuenta los aspectos docentes y no busca la mejor formación posible para los alumnos", dicen.

"Obligados a emigrar"

Esta decisión, apuntan, "provocó que dicho máster no se haya podido implantar a tiempo debido a la incapacidad entre ambas universidades y la consellería de alcanzar un acuerdo, obligando a toda una primera generación de ingenieros a emigrar a otros lugares de España para poder continuar con su formación". Parte de los próximos graduados se declaran "desatendidos por unas instituciones que presumieron durante años de la que es la única escuela de Ingeniería Aeronáutica de Galicia".

El fracaso en la implantación del máster habilitante desbarató los planes de muchos de estos estudiantes que confiaban en poder continuar sus estudios en el campus de Ourense. La escuela de Aeronáutica defendió desde el primer momento la exclusividad del título y, tras el intento fallido de acordar un plan de estudios compartido con A Coruña, propuso verificar la memoria original presentada por el centro para salvar el máster.

Fuentes de la escuela señalan que la idea que ha cobrado fuerza de cara al curso 2021-2022 sería la un máster con un primer curso con docencia en Ourense y un segundo año con dos especialidades, una de Espacio en el campus de As Burgas, y otra en A Coruña.

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