"Para que la feria resulte tenemos que estar todos", apunta una pulpera que ayer en O Carballiño se instaló en su habitual puesto pero que vendió mucho menos que en la pasada feria. En esta villa es la segunda que se celebra desde que se autorizó este tipo de mercados durante el estado de alarma motivado por el Covid-19, pero a diferencia de la primera, hace 15 días, hubo mucho menos gente.

La feria del pasado día 16 estuvo muy concurrida y se vendió bastante, sobre todo hortalizas para plantar en la huerta, pero ayer fue diferente. Acudió menos público ya que según indican estos vendedores "a estas alturas ya casi todos tienen las huertas plantadas", por lo que fue poco lo que vendieron. También los puestos de pulpo dispensaron menos kilos, y una de las pulperas apunta que para que las ferias recuperen "tenemos que estar todos", por lo que se necesita la venta de ropa, calzado, y otros artículos. Otro pulpero, cuya venta es un 98% a gente que lleva para sus casas, apunta que hace falta la apertura entre provincias y que la gente mayor del rural pierda el miedo ya que nota que se desplazan poco comparado con antes del Covid-19.

Mejor valoración hicieron ayer los puestos de plantas de decoración y frutales, que dicen vendieron bastante, así como los de charcutería donde uno de ellos apunta que "hubo menos gente pero los que vienen compran mucho".