La directora del IES As Lagoas, Elisa Rodríguez, saluda a una alumna con el codo. Ambas portan mascarilla. La rutina cambia en tiempos de pandemia y los centros educativos se adaptan a la nueva realidad donde la transmisión del virus puede estar a la vuelta de la esquina. Ayer, el 50% de los 1.121 estudiantes de centros públicos y 246 de centros privados de Bachiller, más la escasa asistencia de los de FP, acudieron a sus respectivos centros.

Cuatro profesores del IES As Lagoas señalan con el dedo a los alumnos y a las alumnas donde tienen que colocarse, mientras la directora se sube a una silla de forma organizada para dirigirse a todos: "No sé vosotros, pero yo sí tenía ganas de volver y de veros a todos".

Roto el hielo, la encargada de dirigir el centro desgranó las nuevas medidas por las que se regirán los alumnos y alumnas de Bachiller en las clases que les permitirán hacer un repaso de cara a la selectividad: "Primero, se debe mantener el distanciamiento social, debemos ser como las hormigas trabajadoras y disciplinadas, aunque aquí haya también artistas, pero se debe mantener siempre los dos metros de distancia y se entrará en grupo y se saldrá en grupo siempre para reducir la movilidad de las personas dentro del colegio, de tal forma que tengamos un control de la movilidad de todos y no se produzcan una movilidad individual".

Mientras el estudiantado del IES AS Lagoas, también recibían indicaciones los del Blanco Amor y el Otero Pedrayo, entre otros.

Elisa Rodríguez desgranaba que "nada de contacto, ni besos, ni abrazos, ni nada y siempre se tendrá que estar con la mascarilla en el interior del colegio y en el interior de las aulas".

El equipo directivo del centro como en los demás reformuló la aulas para que hubiera un máximo de personas para guardar las distancias de seguridad. En el IES Blanco Amor dispusieron 12 o 15 mesas por aula y en el caso del IES As Lagoas el criterio es similar. Los equipos directivos han tenido que reorganizar todo en función de sus criterios y responsabilidades sin tener una hoja de ruta que los guiara. Elisa Rodríguez advirtió que "ahora las clases serán en la planta de abajo y siempre se entrará y se saldrá por el mismo sitio, siguiendo las órdenes indicadas. Ayer por las instalaciones del instituto de As Lagoas pasaron 80 alumnos y alumnas, que se repartieron en tres turnos de recepción. Los horarios no son los mismos. El equipo directivo también ha organizado las clases en función del número de grupo asociado (de la A a la E) para que exista una adecuada rutina dentro de las aulas.

Los alumnos y las alumnas esperaban ayer a las puertas del instituto bromeando y con ganas de verse. Algunos enfocaban la necesidad de las clases para "ir a por la selectividad" y otros "por retomar la normalidad". Su interés en mantener los conocimientos activos hasta la selectividad hace que su asistencia en las aulas "se incremente o mantenga durante los primeros días, después cada uno, en función de los conocimientos que tenga estudiará por su cuenta", dice una profesora. Ellos preguntaban si había algún profesora que faltara durante estas semanas y su mente ya viajaba más allá, hacia la graduación. Elisa Rodríguez mostraba cautela: "Primero pensamos en la selectividad y después ya habrá tiempo de celebrar la graduación, eso sí, siempre limitando el aforo".