La UDEV de la Policía Nacional de Ourense detuvo ayer por la mañana al presunto homicida del gerente del Bar Novo de la calle Colón, en el corazón del casco histórico. Evaristo M. M. , de 65 años, al que conocían como Joaquín, bajaba pronto la persiana de su negocio para echar el cierre, sobre las 21 horas. Escamó a clientes y vecinos que el miércoles 5 de febrero no abriera la puerta en toda la jornada. La casa en la que vivía solo, en la calle Hermanos Villar, dista apenas dos minutos caminando del bar, donde fue víctima de un crimen. Falleció a causa de un profundo corte en el cuello, tras un forcejeo. No se descarta que la lesión mortal hubiera sido causada con un cristal en lugar de con un arma blanca (se recogieron y analizaron varios cuchillos del local). El cadáver del sexagenario fue localizado tras la barra.

Agentes de la Comisaría General de Policía Científica acudieron desde Madrid para reforzar la inspección ocular en el lugar del crimen y en el domicilio. El arresto estaba ya previsto desde hace semanas. El caso se resuelve poco más de tres meses después y pese a las dificultades para investigar y vigilar sin ser visto durante el confinamiento. Un reto mayor en una época en que la Policía ha tenido que custodiar la frontera, reasignar agentes de la brigada de Judicial para reforzar a Seguridad Ciudadana y reducir la presencia de la plantilla para evitar contagios o guardar cuarentena en los casos en los que ha sido preciso durante esta crisis.

La causa se encuentra bajo secreto de sumario por orden del magistrado de Instrucción 2, Luis Doval. El presunto homicida pasará a disposición judicial -en principio no se prevé que sea hoy- cuando finalicen las diligencias policiales, que incluyen la práctica de registros desde ayer. Fuentes de la investigación afirman que existen "indicios sólidos".

Portugués asentado en Ourense, la víctima llevaba un lustro al frente del negocio hostelero de la calle Colón, en el casco histórico, y pretendía jubilarse pronto. Comerciantes y vecinos lo definían como un hombre "cortés", "muy educado" o "amable", pero parco en palabras. El bar, aseguraron tras los hechos, era un lugar tranquilo. Pero para la Policía se trataba de un "punto negro". El fallecido tiene antecedentes. En 2014, un año antes de que asumiera la gerencia, cuando todavía era un empleado, fue detenido por presunto trapicheo en el establecimiento.

Cuando la Policía entró, estaba en la cocina cerrando unos plásticos que contenían cocaína. Aquella fue su séptima detención por diversos hechos. En 2007 lo arrestaron por atropellar bajo los efectos del alcohol a tres peatones, en la calle Progreso. Lo condenaron en 2010 a quince meses de prisión y cuatro años sin carné.