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Mascarillas, protectores de micro y distancias en el primer juicio

Dos acusados de robo y agresión sexual no declaran - El fiscal pide 11,5 años y las defensas ven "contradicciones" de la víctima

Uno de los acusados coloca un protector en el micrófono en su turno de interrogatorio. // FC

El juicio que se había suspendido tres veces antes de la pandemia ha sido el primero con público de la desescalada en Ourense. La Audiencia Provincial celebró ayer, con medidas de seguridad e higiene, la vista contra A. N. -en prisión provisinonal desdesde enero, tras estar en busca y captura, fue puesto en libertad nada más acabar la vista- e I. A. B., acusados de robo violento y agresión sexual a otro varón, en enero de 2017. Los acusados llevaron mascarilla salvo para declarar, los magistrados también, al igual que las dos abogadas de la defensa, la funcionaria y el fiscal a su llegada. El uso del protector en tiempos del virus fue generalizado salvo en los momentos puntuales en que resultó preciso retirarlo para una mejor comprensión o vocalización. Además, cada acusado y testigos dispusieron de protectores individualizados de micrófono para evitar contagios. A la sala accedieron periodistas, también con mascarillas y un máximo de dos por banco. Dos policías custodiaron a los encausados. Todos los presentes guardaron distancias.

La entrada de los testigos se hizo por la puerta de atrás. Junto al acceso había gel hidroalcohólico y papelera. Los agentes de seguridad controlaron que los accesos al edificio estuvieran justificados, el recorrido estaba señalizado en un único sentido y había marcas en los bancos, tanto del vestíbulo como de la sala de vistas, para que se respetara la separación mínima.

El esperado primer juicio de esta camino a la nueva normalidad duró apenas una hora. Los encausados, sentados en el mismo banco pero con separación de seguridad, se acogieron a su derecho a no declarar. Se retiraron las mascarillas para que la víctima pudiera hacer el reconocimiento en sala. El fiscal mantuvo su petición inicial, de 11 años y medio de cárcel. Las defensas solicitan la libre absolución y consideran que el perjudicado, que tras alguna ausencia en los intentos previos de celebración del juicio ayer se presentó, incurrió en "contradicciones" pese a su ratificación de los hechos. Presuntamente, lo intimidaron con un arma blanca, lo agredieron, lo obligaron a desnudarse y a practicarle una felación a uno de ellos.

¿Cita para un móvil o drogas?

La víctima había quedado para, supuestamente, comprarles un teléfono, aunque el fiscal no descarta que fuera una cita de drogas. Fueron en un coche hasta la zona de Oira, en compañía de otra persona no identificada. Según la víctima, una vez allí lo intimidaron con un cuchillo "para que les diera todo lo que llevase encima. Les entregué el móvil, 100 euros, dos tarjetas del banco y una del supermercado. Ellos insistían en que les diese 4.500 euros, que no tenía".

Después, presuntamente lo golpearon y lo obligaron a sacarse la ropa y practicar sexo oral a uno de los acusados, que según esta versión le introdujo los dedos en el ano, "mientras los otros miraban". La víctima dice que los acusados lo dejaron "tirado" en el lugar de los hechos tras devolverle el teléfono y advertirle de que si denunciaba lo matarían, "sabían dónde vivía".

Ese mismo día fue a comisaría, donde los agentes lo encontraron "nervioso". Volvió a su casa a por la identificación y para supuestamente cargar el teléfono donde decía tener datos de sus agresores, pero no regresó a la Policía hasta 5 días más tarde. Después renunció a ejercer acciones y solicitó el archivo, pero la causa ya estaba en marcha.

El fiscal mantiene su petición de 11 años y medio por robo violento y agresión sexual, ya que considera que "los hechos quedaron acreditados a pesar de ciertas contradicciones, pero el núcleo de su declaración es persistente". En cambio, las defensas ven "contradicciones sustanciales" así como "falta de coherencia" de la víctima. "El informe de la médica no refería marcas de ningún tipo después de la agresión", dijo una letrada. En el coche no se encontró ADN ni los agentes hicieron consta ropa rota. Señalan además posibles atenuantes como dilaciones indebidas o reparación del daño, puesto que a través de un tercero devolvieron las tarjetas.

El primer juicio de la desescalada en Ourense, con una serie de imágenes almacenadas ya para la historia de esta crisis, quedó visto para sentencia.

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