Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La imagen de Fátima sale al balcón

Por primera vez en 71 años, no se celebró la multitudinaria procesión mariana a causa del Covid-19

La imagen de la Virgen de Fátima, anoche, ante pocos fieles guardando la distancia física y muchos protegidos con mascarillas. // Iñaqui Osorio

Por primera vez desde hace 71 años, la parroquia de Fátima no pudo acompañar a su virgen en esa procesión nocturna de las antorchas, que aglutinaba cada 13 de mayo desde entonces a miles de fieles en el tramo entre la iglesia de Fátima en O Couto y la catedral, una cita suspendida ayer por los condicionantes de la pandemia del Covid-19.

Pero de forma excepcional, la fe ha imitado esta vez a la ciudadanía en cuarentena y se ha subido a los balcones para suplir la anulada procesión de las antorchas con velas o faroles encendidos en la noche de ayer, -en algún caso las luces de los móviles-, con las que cientos de fieles quisieron celebrar el 13 de mayo desde sus casas.

EN DIRECTO

Coronavirus en Galicia: última horaCoronavirus en Galicia: última hora

Sigue las noticias sobre la incidencia de la pandemia del Covid-19 en la comunidad

No solo los más devotos manifestaron su apego a esta advocación mariana de los balcones. En un gesto novedoso, y una vez la imagen de Fátima fue traslada a las diez y media de la noche, por un breve espacio de tiempo salió al "balcón" del santuario mariano de O Couto, "en un gesto simbólico con el que la Virgen de algún modo aplaude a los voluntarios, a los sanitarios que nos han cuidado durante el confinamiento, a los que nos han alimentado", explicaba ayer César González, uno de los párrocos. "Este gesto de salir al balcón que hay en la explanada de la entrada al santuario es una forma de decir que la Virgen de Fátima, como madre, tratará de acompañarnos y poner algo de luz en la oscuridad de la pandemia", indica el sacerdote.

Todo ha sido atípico este año, en el municipio y en la parroquia de Fátima, donde los actos antaño más multitudinarios se limitaron durante la novena a gestos simbólicos de ofrenda. Ayer también la misa principal fue oficiada por el obispo a mediodía y no cerca de la medianoche como era habitual.

Entre las aportaciones novedosas estuvieron los testimonios de cinco fieles que, a través de vídeos van contando sus personales vivencias en esta etapa mundial marcada por el Covid 19. Así, hubo testimonios como el de Antonio, un misionero desde Zambia, o el de Carla, una niña de 5 años que lleva confinada con sus abuelos en el pueblo de Ourense, mientras sus padres trabajan, para evitar contagios.

Por cada uno de los cinco misterios, un testimonio. El tercer misterio era el de Miriam, cuidadora de un geriátrico, y luego el de otra Miriam, ésta médico, que narró cómo se ofreció para colaborar en la sanidad en tanto no preparaba su MIR y acabó contagiada por el coronavirus. Gabriel Ledi y su hijo contaron también su experiencia en este contexto sociosanitario hostil, como profesores en colegios de pueblos de montaña.

"Pasó algo así hace cien años"

El copárroco de Fátima recordó también durante la lectura nocturna que se producía ayer en la puertas del santuario, que lo ocurrido este año tiene similitudes con ese contexto de guerra y pandemia que se producía aquel 13 de mayo de 1917 en el que, según la creencia de los católicos, la Virgen se apareció en Cova de Iría a tres pastorcillos. "Eran tiempos difíciles en los que la llamada gripe española estaba creando una gran crisis y llevándose miles de vida" indicó César González.

Compartir el artículo

stats