Saludan con su mejor sonrisa, aunque no se les vea. Portan todos una mascarilla como exige el protocolo desde la primera semana de confinamiento y el estado de alarma. La organización municipal establece que son doce trabajadores, aunque ahora de un lado del mostrador solo están seis.
Tienen nombre propios. Jesús, Carlos, Yolanda, Antonio, Pablo y Tamara. Teclean sin descanso y atiende ordenadamente a los interesados que desean atender peticiones administrativas que, previamente, han llamado al número de teléfono para pedir cita (988 388 100 o 682 181 176).
"Esta última semana la verdad es que estamos desbordados. Con el estado de alarma se pararon los procedimientos administrativos, la tramitación de derechos y actividades, pero desde hace unos días, recibimos y atendemos muchas peticiones y solicitudes de emergencia social. Hay ourensanos y ourensanas que lo están pasando realmente mal y necesitan que la Administración esté ahí", advierten tras el mostrador.
El gobierno municipal aumentó el presupuestos por un valor de un millón para las necesidades de los ciudadanos. Admiten que a nivel interno se adaptaron las fases del procedimiento por la excepcionalidad del estado de alarma, pero que "se están tramitando todas las ayudas que ya existían antes, para dar una respuesta eficaz".
Su misión es estar cerca del ciudadano y tener proximidad, pero el coronavirus ha provocado que los ciudadanos entren a cuentagotas en las dependencias municipales y al llegar al mostrador una pantalla de metacrilato les separa. "Al principio fue una sensación extraña porque nuestra conexión con el ciudadano tiene que ser cercana y ahora estamos así", describen.
Ciudadanos "responsables"
Actualmente, y tras la apertura de derechos tras el confinamiento extremo, son más los ciudadanos que se animan a tomar los procedimientos pendientes.
"Nos están llamando mucho de emergencia social, eso es cierto, será un 80% de las solicitudes, pero también autónomos y pequeños empresarios para saber por ayudas o por ordenanzas. E incluso, algunos particulares por una licencia de obra menor, pero claro ahora está parado y es complicado".
Mantienen la distancia de separación, tienen geles desinfectantes y cada uno no se mueve de su puesto si no es estrictamente necesario. Cumplen con los protocolos y esperan que todo vuelva a la normalidad pronto.
También tienen una alabanza para el compromiso de los ciudadanos: "La verdad, es que la gente que llega para realizar sus trámites o actos se presentan con mascarillas y guardan las distancias. Esto es algo que nos ha tocado vivir a todos y tenemos que adaptarnos, en este caso, ellos están siendo responsables por su bien y el nuestro".
La vida administrativa no para aunque los plazos estén congelados. Sin embargo, la multitud de familias que tienen dificultades hacen que las solicitudes de ayudas sociales aumente. Y con ello su trabajo: "Hay que ayudar a esa gente que lo pasa mal y nuestra forma es darle rapidez a sus solicitudes".
