Un día antes de que se declarase el estado de alarma y la población empezase a digerir lo que se avecinaba, los voluntarios de Protección Civil cerraban parques y espacios infantiles. De un día para otro, los efectivos pasaron de prestar apoyo en eventos con previsión de aglomeraciones de gente, emergencias y operativos especiales a recorrer el municipio de punta a punta con todos sus núcleos rurales llevando bandejas de comida caliente, la compra y medicamentos a mayores vulnerables y personas con positivo en Covid-19.
Estas son algunas de las labores que prestan ahora y que poco tienen que ver con lo que hacían antes de la pandemia. "Pero es lo que tenemos que hacer, arrimar el hombro y trabajar sí o sí haciendo lo que sabemos que es ayudar a las personas", señala el responsable municipal del servicio, Manuel Fernández.
Ayer, por ejemplo, repartieron 57 menús del comedor social y continúan llevando las pantallas protectoras que realizan voluntarios con apoyo logístico de La Molinera a centros sanitarios y profesionales que los demandan. También colaboran con la Policía Local y Policía Nacional en la realización de recorridos de concienciación por los entornos fluviales, paseos, centro y periferia para asegurar que la población cumple las medidas de contención de la pandemia. "Al principio había más incumplimientos pero ahora nos encontramos más con personas despistadas y sobre todo mayores que no se acostumbran a los horarios de salidas", explica el responsable del servicio.
Protección Civil en Ourense son dos trabajadores municipales y un equipo de más de una veintena de voluntarios que realizan esta labor sin remuneración y que dieron un paso al frente cuando se declaró la crisis sanitaria. "Desde el principio hemos seguido los mismos, trabajando en turnos de mañana y tarde equipos de ocho personas, de lunes a domingo", destaca Manuel Fernández.
El también miembro de Protección Civil, Juan Carlos Villanueva, destaca el trabajo altruista y casi ininterrumido que hacen estos voluntarios "dispuestos siempre a ayudar en lo que nos sea requerido". Por eso pide responsabilidad a la población ante el inicio de la desescalada: "Es muy importante que se cumplan las normas para que no haya un nuevo brote y eche por tierra tanto trabajo y esfuerzo", apunta Villanueva tras describir aglomeraciones de gente el fin de semana en los paseos y las pasarelas de Miño y, en muchos casos, sin mascarilla y sin respetar la distancia social. "El virus sigue estando ahí y seguirá", alerta.