Son muchas las comunidades religiosas de clausura que se han puesto manos a la obra, con una rigurosa organización, para la fabricación de equipos de protección. Es el caso de las Clarisas de Allariz, que están trabajando en la fabricación de cientos de mascarillas para distribuir en la diócesis, en este contexto de emergencia sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus. Estas comunidades, que tienen en la oración una de sus principales funciones, han comenzado a cortar tela, coser, preparar los elásticos y planchar para que nadie se quede sin estos protectores que serán fundamentales en los próximos meses.

Las Clarisas de Allariz saltaron a las primeras páginas de los periódicos y a los informativos de diversas cadenas de radio y televisión por la crianza de la pularda de convento para el Grupo Coren, que la compañía ourensana entregó en el año 2013 -200 unidades-, para que las degustaran en Navidades el Papa Francisco y las personas más necesitadas de Roma.

Por otra parte, la parroquia de San Pío X ha distribuido entre sus feligreses, a través de sus redes, un cartel muy significativo con el que muestra su orgullo y agradecimiento por la tarea que desarrollan quienes trabajan para ayudar a vencer el coronavirus. "Personal sanitario, de las fuerzas de seguridad, de los servicios de limpieza, supermercados... Se busca de este modo mostrar apoyo y reconocimiento a quienes no pueden permanecer en sus casas y se exponen diariamente para que los demás tengamos lo fundamental".