En otros tiempos de cuarentena, la reclusión fue fecunda para artistas como Shakespeare, que aprovechó el encierro por la peste en Londres, a principios del XVII, para escribir obras cumbre como 'Macbeth'. Boccaccio se había refugiado en la campiña de la Toscana de un brote anterior de la epidemia, tres siglos antes. Confinado concibió el 'Decamerón'. Durante la virulenta gripe de 1918, el pintor Edvard Munch creó multitud de obras en casa. James Salter sostenía que el libro en proceso "se convierte en tu único compañero". Anthony Powell dijo que para ser novelista es necesaria una capacidad enorme de resistencia. Pocas veces como ahora, con una reclusión obligatoria en el hogar. Ocho artistas de Ourense dan su visión sobre el proceso creativo y el arte que vendrá tras esta situación tan extraña.

"Esta experiencia ha provocado que los temas sobre los que estoy escribiendo tengan un carácter mucho más introspectivo que el habitual", dice Manuel de Lorenzo (Ourense, 1981), que trabaja en su segunda novela. "Uno tiende a reflexionar sobre el pequeño universo al que se ha visto reducido su mundo y las sensaciones que ello le produce. Pero esa es una materia prima que caduca en cuanto la usas y en su lugar no queda casi nada. No existe la calle. No existen las relaciones sociales. No existen los encuentros fortuitos, ni los contratiempos, ni los accidentes. No hay un mundo exterior que pueda ser observado de forma directa y que sirva de fuente de inspiración, así que buscas tus mimbres en otra parte. Y en mi caso no ha sido el balcón, la prensa o la propia pandemia, sino la introspección", explica. "Paradójicamente, esta introspección ha enriquecido la novela que estoy escribiendo. A la narración le convenía cierta pausa y la situación ayuda. Además, el hecho de pasar tantas horas en casa me ha permitido dedicar el doble de tiempo a la escritura, por lo que es posible que la termine este mismo mes".

El artista plástico Mon Devane (Ourense, 1985) ha habilitado un espacio de pintura en su casa para no tener que ir al estudio. "Mi trabajo sigue en la línea temática de antes, con encargos y alguna obra propia en proceso, pero para la productividad está resultando contraproducente. Al principio pensaba que iba a estar todo el día pintando, y de hecho empecé la primera semana más o menos a buen ritmo. Pero después cada vez me costaba más. Mi rutina era quedarme trabajando solo en casa o en el estudio y ahora siento que todo a mi alrededor se ha parado y es raro seguir".

María Mendoza (Oviedo, 1975) es pianista. "Es una oportunidad de oro para acabar de grabar mi tercer disco, que tengo a medias desde el verano. Puedo estar tranquila, sacar unas horas para tocar y componer temas que nacieron de forma espontánea en el confinamiento".

"Un golpe de inseguridad"

Manuel Carballo (Ourense, 1967), guitarrista, compositor y profesor en su academia, vive "un momento de cambio total, puesto que al detenerse toda actividad y cancelarse fechas de conciertos, estoy en una encrucijada. Es un golpe de inseguridad muy grande. En todo caso, yo soy optimista y continúo componiendo y dedicando tiempo a mi otra gran pasión, el dibujo, que me ayuda a pensar melodías y a olvidarme de todo. Con la guitarra hago sonar mi alma y con el lápiz dibujo sus paisajes. Me alegraría que la gente se diese cuenta del poder curativo de la música y del arte en general, para que lo valorase".

Carballo grabó el pasado sábado una canción con una letra basada en esta nueva realidad, 'A new different world'. Canta en inglés: ' Days pass by slowly at home. Nobody can go outdoors for now. Spring-is-out-there with its colors, smells and sounds in the middle of silence" (Los días pasan lentamente en casa. Nadie puede salir por ahora. La primera está ahí fuera con sus colores, olores y sonidos, en el medio del silencio). En unos días subirá a las redes sociales el resultado, con la aportación de los demás integrantes de la banda -David Outumuro, Alfonso Aydillo, Paco Dicenta y Noelia Álvarez-, cada uno desde su casa. "Todo inspira. Hasta el silencio que nos rodea".

El escritor José María Pérez Álvarez, 'Chesi' (O Barco, 1952), se disculpa por si suena "pedante" decir que está leyendo los Cuentos de Canterbury, de Geoffrey Chaucer. "No creo que la situación actual influya en el hecho de escribir o no, de leer o no, de pintar o esculpir, de componer, de escuchar música, de consumir series o alcohol. Para la escritura permanecer encerrado ni es un estímulo ni un obstáculo, en mi caso. No está de más disponer de tiempo para aburrirse, como uno se aburría en las horas de las siestas de verano cuando era niño. Al cabo de los años uno entiende que no se aburría".

Creatividad y teletrabajo

Laura Novelle (O Carballiño, 1978) es consultora académica, documentalista, escritora y bloguera. "Actualmente estoy teletrabajando para la Universidade de Vigo. Ya lo había hecho antes en otros empleos, con lo que estar en casa no me supone gran cambio de rutinas. He adaptado contenidos de mi blog para ayudar a mis estudiantes. El confinamiento favorece que haya podido adelantar mi novela, cuyo borrador tenía pensado terminar en verano. Estoy escribiendo intensamente y me ayuda a mantener la salud mental", explica. "Entiendo que haya gente a la que el confinamiento le inspire y sin duda las pandemias son un tema interesante, muy tratado por la ciencia ficción. Pero también puede provocar hartazgo. La saturación de información puede llegar a anular la creatividad".

El pianista Alberto Conde (Caracas, 1960), uno de los pioneros del jazz en Galicia, es docente y compositor. "Siempre he trabajado mucho en casa y esta situación me ayuda a avanzar en cosas como composición, clases telemáticas o grabación de vídeos para colaboraciones con la RKV radio, por ejemplo". Incide en que "la creación está relacionada con tres cualidades primordiales del cerebro: la imaginación, el conocimiento y las emociones. Después existen la curiosidad y la voluntad de crear, sin olvidarnos de la paciencia. Uno se tiene que sentir libre para crear y este momento necesita de cierta experiencia para poder sobrellevarlo creativamente. No es un momento ideal, pero quizás sirva para aprender y reflexionar", transmite.

La soledad que no se busca

El gaiteiro y saxofonista de jazz Xosé Miguélez (Ourense, 1972), el primer gallego que obtuvo la titulación en el Ciclo Superior de Música Tradicional, señala que "todos os que nos adicamos ao proceso creativo estamos afeitos á soidade. Nun estado normal tes que ir á procura dela, mentres que agora vai na túa procura". Él no se siente más creativo ahora, en la reclusión. "Resulta un pouco más difícil concentrarse. Pero facer ou escribir música é algo que axuda a evadirse da voráxine de malas novas". Miguélez sostiene que "a música tamén é necesaria nesta situación. Cando isto pase a xente vai querer celebrar a volta á normalidade, polo que a miña idea é seguir coas rutinas de estudo para estar o mellor preparado posible".

En las redes sociales se ha popularizado el hashtag #NoNosCanceles. "Nunca ha sido fácil vivir del arte porque solo se valora en circunstancias excepcionales como la que estamos pasando", reflexiona Manuel Carballo. "Hay incertidumbre. No sabes cuáles serán las prioridades del espectador cuando esto pase. Si decidirá ser más prudente a la hora de gastar o si seguirá destinando parte de sus ingresos a recibir y disfrutar de la cultura".

Grave crisis para la cultura

"Esto afecta gravemente a los artistas y a la producción. La cultura ha sido uno de los sectores más desprotegidos a lo largo del tiempo, cuando es sin duda uno de los más representativos de España a nivel mundial", subraya Conde. María Mendoza lamenta "el golpe durísimo para la música en directo y para todas las personas que viven directa o indirectamente". Laura reivindica que la cultura "es algo tan básico como el agua o la luz. Al mundo editorial le beneficia que la gente tenga más tiempo para leer. Apoyo reducir precios para hacer accesibles los títulos, pero no estoy a favor del todo gratis. Eso crea en los lectores la conciencia de que no hay un esfuerzo que merezca la pena pagar". Xosé Miguélez asume la dificultad de la crisis pero ve también un resquicio para el optimismo: "O artista sempre foi fráxil en tempos de crise. Imos pasalo mal por un tempo, pero estamos afeitos a ser o eslabón feble da cadea e a resistir sen axuda. O virus artístico é moito máis forte ca o coronavirus, e se te contaxia xa non hai vacina que o deteña".