Suena el despertador y el turno de noche de la Unidad de Cuidados Intensivos-Covid 19 cuenta su última hora de trabajo. Las prisas aceleran el desayuno y el nerviosismo crece a medida que los minutos descuentan la llegada al hospital ourensano. Dos realidades simultáneas que se encuentran a las puertas de la zona habilitada por el área sanitaria de Ourense para ubicar a los 19 pacientes que están graves después de contraer el virus. La mayoría intubados y sin evolución. El descanso nocturno no es suficiente para apagar las ojeras, aunque las ganas superan al cansancio acumulado.

El primer turno de la mañana tiene que estar listo. Los profesionales sanitarios se visten unos pijamas desechables y "al lío". A las puertas de la Unidad de Recuperación Postanestésica (UCI-Covid) se citan para vestirse con el equipo de protección individual. El turno de noche sale con las ganas de deshacerse de unas gafas que dañan y a veces son incómodas, a pesar de ello, los ánimos no decaen.

El turno de la mañana se prepara con los equipos de protección individual. Son las 7:30 y da inicio la homilía sanitaria en materia de prevención. Las auxiliares ayudan a vestirse a los primeros equipos: "Primero nos ponemos un gorro, después las calzas, pero bueno como no hay nos ponemos bolsas de basura, aunque es cierto que la bata es bastante grande y casi te tapa los pies. Es el turno de la bata. Para ello, te ayudan las auxiliares y otros compañeros y la atan por detrás. Nos ponemos otro gorro, las gafas, los guantes y las mascarillas".

Las agujas del reloj avanzan hacia las 8:00 y el organigrama divide a los pacientes. Las primeras dos enfermeras (A y B) se adjudican los cinco primeros pacientes a la derecha de la puerta, las siguientes (C y D) la fila de enfrente con otros cinco casos, las dos próximas (F y G) los cinco positivo siguientes y las últimas (H e I) los cuatro más alejados de la puerta.

Empieza el turno: "Lo primero que se suele hacer son los aseos a los pacientes y las curas de las vías. Después miramos la medicación de cada paciente y esperamos por los médicos para pasar a la pronación -colocación del paciente boca abajo- porque así evolucionan mejor. Para ello necesitamos a cinco personas, es una actuación no invasiva que requiere la ayuda del médico. En esta posición se recuperan mejor".

Las horas pasan y el primer grupo tiene descanso. "No salimos las dos profesionales a la vez (A y B, por ejemplo) si no que por ejemplo yo salgo primera y una persona de refuerzo entra por mí para ayudar a la otra sanitaria. Cuando se acaba mi descanso, bajo de nuevo, y es la otra compañera (B), la que sale al descanso y yo me quedo con el refuerzo".

Son las 12:00. Hora de la medicación. El personal da el tratamiento a los pacientes y "dependiendo de las gasometrías arteriales se vuelve a pronar o despronar -colocación del paciente baca abajo o boca arriba".

El ánimo no decae durante todo el día, pero menos por la mañana donde las jornadas son más intensas. "Para conocernos dentro de la UCI-Covid nos escibimos los nombres en las batas. Porque no nos reconocemos ya que todos vamos tapados hasta arriba, entonces nos ponemos los nombres con la categoría que seamos por ejemplo DUE (Diplomado Universitario en Enfermería ) o TCAE (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería)".

Ahora la organización tiene un mejor planteamiento. Los turnos se dividen para descansar y no aguantar con los equipos de protección durante horas. Las marcas de la nariz por las gafas se atenúa y el descanso invita a una mayor optimización del trabajo.

Se acerca el final del turno y hay que cumplir el protocolo. "Cuando se acaba la jornada de trabajo, tenemos como una unidad con cubos de basura donde tiramos la ropa. En esa unidad lo primero es lavarse las manos con gel hidroalcohólico, después te desabrochan la bata y la dejas caer hacia delante porque lo de dentro es lo que está limpio y así después se tira a la basura. Te quitas el primer gorro y solamente te quedas con el pijama, la mascarilla, las gafas y el gorro. Una vez fuera salimos y en la parte de la izquierda tenemos una zona donde nos terminamos de quitar todo".

Fin del turno. El hambre aprieta, pero todavía quedan fuerzas y muchos más ánimos para vestir al grupo siguiente. Así es la rutina de los héroes con bata verde en la UCI-Covid del CHUO. Cada día, peleando por todos.