| La crisis sanitaria del coronavirus ha alterado todas nuestras rutinas y costumbres. Las de la vida, las de la muerte. Un máximo de tres personas por difunto en los entierros, que se celebran a las pocas horas de la muerte, y medidas de precaución extremas para funerarios, allegados y cura. Ayer hubo un entierro de un fallecido por coronavirus en el cementerio de Santa Mariña, informa EFE.