El gallego Marcos Penas Fernández es un médico asistencial del 061 que hace apenas unos meses se afanaba en prestar auxilio a decenas de personas rescatadas por el Open Arms, el barco que auxilió a aquellos que intentaron llegar a Europa tras huir de conflictos bélicos, persecución y pobreza. Hoy pelea contra el COVID-19: "Salvar vidas es lo importante, en tierra o en el mar".

Desde la primera línea asistencial, este facultativo sigue con atención la pandemia que castiga al país, mientras se esfuerza en atender todas las emergencias que se presentan a lo largo de cada jornada en Ourense, al tiempo que arrima el hombro en centralita, "atendiendo llamadas y lo que haga falta". Del coronavirus, sostiene: "Es una situación complicada, incluso anómala, porque es algo nuevo. Nos ha obligado a todos a cambiar el chip, pero hay que ser optimistas. Espero que en breve lleguemos al pico de casos y que la curva empiece a bajar".

Es la reflexión de un sanitario que a diario lucha para salvar la vida de la población necesitada de cuidados médicos, no solamente con síntomas de esta suerte de neumonía; "con todo tipo de afecciones".

El objetivo, se apresura a decir, es siempre el de "llevar a los pacientes vivos" a los hospitales con la finalidad de que allí puedan ser asistidos y para tal cometido los de su gremio se desplazan a donde haga falta, ya sea a domicilios particulares, montes, y, en ocasiones, "de un hospital a otro" o, como ahora sucede, con especial atención a las residencias de mayores, en las que el patógeno está siendo "especialmente cruel".

Con amplia experiencia sobre el terreno, tras interceder por los migrantes del Open Arms, Marcos Penas ve la emergencia sanitaria actual como "una bofetada de realidad" a los países desarrollados e insta a adaptarse a las circunstancias presentes, pues "ha cambiado radicalmente la forma de trabajar".

Para protegerse, indispensable si quiere continuar cumpliendo con su labor, sigue este profesional unos estrictos protocolos sanitarios, que pasan por unos aparatosos equipos de protección, EPIS, con el objeto de prevenir posibles contagios. "Tenemos que ser muy escrupulosos y tener mucho cuidado para no contagiarnos", manifiesta este experto, que reconoce que no en todos los lugares hay equipos suficientes y adecuados para garantizar la seguridad. Al respecto, se muestra rotundo: "Tenemos que exigir para estar protegidos. Si nosotros caemos, va a caer mucha gente", reflexiona.

No en vano, los últimos datos reflejan que hay aproximadamente 12.300 sanitarios contagiados en España, cifra más alta que en el resto de países europeos. La escasez de medios, subraya Penas, es suplida muchas veces por "un gran equipo humano".

Por la necesidad de conforto, el WhatsApp se ha convertido en una herramienta indispensable en la que compartir comentarios sobre la situación e, igualmente, nuevos conocimientos para afrontar esta crisis sanitaria, desde "ideas para mejorar nuestra seguridad" a tratamientos posibles.

Penas nota una altísima preocupación por el virus. Las familias "se asustan porque no pueden ir a ver a los enfermos y, viceversa, ellos mismos porque no tienen a los suyos al lado", resume. Por este motivo, lanza un mensaje clave, pro confinamiento domiciliario: "Es vital quedarse en casa e, incluso si se puede no salir ningún día, mejor que mejor".

Concluida la jornada laboral, los protocolos no acaban en la vida de Marcos Penas, que se ducha a conciencia y se cambia toda la ropa: "Es para no llevar nada a casa". Después, una vez entra en su hogar, el trabajo continúa, de otro modo. Apasionado de la medicina de urgencias, aprovecha ese tiempo libre para estudiar desde casa, en lo que semeja ser un auténtico "intensivo" que tiene por único propósito el buscar "los mejores tratamientos", así como las medidas de protección "más idóneas".

Este hombre, al que también le gusta prestar su servicio en el helicóptero del 061 cuando tiene la oportunidad, aplaude la gran implicación de los compañeros de la sanidad pública, pues "están dándolo todo y a todas horas", a la espera de tratamientos y vacunas que detengan la propagación del COVID-19. Queda ese hueco para la esperanza. "Cada vez están saliendo más ensayos y publicaciones científicas", concluye Marcos Penas. Y pocos, por su empeño y constancia, habrá tan informados como él