De China a España y de España a China. Ida y vuelta para un ourensano que regresó a la ciudad de Shangai en el mes de febrero cuando la pandemia del coronavirus se estaba degradando y en España aparecían los primeros casos. "Me fui en el momento más oportuno, la verdad", dice Álex Mazaira.Y añade que "no habría sido necesario entre comillas pero fue la mejor decisión porque en aquellos momentos la situación empezaba a decrecer en China y en España todavía no había llegado por lo tanto, entré a China sin ningún problema y no tuve que hacer cuarentena si que es cierto que tenía que estar 14 días en casa, pero no era obligatoria".

Entre las medidas entre China y España hay diferentes grados: "De hecho, estaba en casa pero hacía las cosas básicas y daba paseos. Aquí tenían cuarentenas muy estrictas y restrictivas, con sitios asignados por el Gobierno. Te tenían en el aeropuerto, te hacían la prueba y la policía y los médicos te acompañaban a casa para vigilar que no salías de casa, eso sí te llevaban la comida. En ese sentido en China son muy estrictos. Fueron cuarentenas sin salir de tu casa ni a la puerta. Llegué justo entre una epidemia y la otra".

Ahora, la imagen es otra: "La situación es bastante tranquila, ahora está controlada, es una vida normal. Hay muchas restricciones, hay que llevar mascarilla siempre. Cada persona tiene un código asignado, verde, amarillo o rojo. Si tienes rojo tienes que estar en casa al 100%, si tienes amarillo puedes ir a la compra y si tienes verde puedes hacer lo que quieras. Si no tienes el código verde en los lugares no puedes entrar. Es obligatorio la mascarilla y el color verde para entrar además de otras medidas de restricción para poder entrar a los sitios, como por ejemplo la distancia de seguridad".

El confinamiento va perdiendo fuerza pero el control es constante y estricto para todos con categorías según los síntomas de cada persona. "Aquí le miran la fiebre a mucha gente por la calle", detalla el ourensano.

No son momentos fáciles para ser español. "Obviamente, siempre presumo de ser español pero a día de hoy no es el mejor momento. La gente tiene muchos prejuicios, y es entendible que la gente se asuste, no te marginan, pero hay gente que no sabe reaccionar, el ser español o italiano es complicado en China. La gestión española fue mala, pero se verá la luz en una semana o dos con las medidas restrictivas que están poniendo, toca sufrir dos semanas y esperemos que en abril se pueda a salir de casa. Aquí en Asia se gestionó de forma muy fuerte para paliar y contener el virus".

Crisis con apellidos

Crisis sanitaria, pero también económica y social: "Hay mucho extranjero sin trabajo, gente con pérdidas, es una crisis sanitaria global, pero también es un problema internacional de la economía porque está habiendo una crisis en ese sentido. Todos tienen problemas, son muchos meses con el parón de la economía, sin trabajo y las empresas paradas no se genera riqueza. La gente tiene que acometer gastos constantes sin cobrar y eso desgasta a todo el mundo, pero sobre todo a las pequeñas medianas empresas y la gente que no tienen tantos recursos económicos en su día a día".

De la crisis por la pandemia "debemos aprender todos, muchas cosas a nivel individual y colectivo. Pasar más tiempo con los amigos, salir a la calle es algo que la gente que está en España no lo valora, pero en China sí que se echan de menos esas costumbres. ¡Qué felices éramos antes y no lo sabíamos! Hay que disfrutar de las pequeñas cosas y de la familia. De lo que quieres en el día a día".