Se llama Santiago Fernández Carballo, tiene 37 años y es uno de los once sacerdotes y estudiantes de sacerdocio confinados en el Seminario Mayor de Ourense, cumpliendo la obligada orden de cuarentena.

Pero el confinamiento no ha impedido a "Santi" como llaman sus feligreses más jóvenes al párroco de Ramirás, seguir en contacto con su feligresía, pues tiene a su cargo nada menos que ocho parroquias. "Y aún me tocarán más", afirma, consciente de la responsabilidad que han de asumir los curas más jóvenes, en un contexto demográfico envejecido y con escasez de nuevas vocaciones.

El párroco ha decido capear la cuarentena y ha creado grupos de whatsapp, con los padres de niños de catequesis, con la gente del sínodo o con sus parroquias en general para que reciban su homilía a través un mensaje para enviarles la palabra de ese Dios, en el que cree sin fisuras porque "que un día me llamó", afirma y "darle fuerza a todos en esos momentos. Alguno de sus seguidores ha colgado el vídeo en las redes y el Padre Santi se ha encontrado con cierta popularidad no deseada.

"Mi intención no era en ningún momento que esto saliera fuera de los grupos que tengo en whatsapp, de hecho no utilizo hace años ni mi Facebook. Yo decidí recurrir a este sistema al tener que estar encerrado como todo el mundo, y porque además cuando tienes ocho parroquias, muchas pequeñas y también dispersas, me daba a veces la sensación de que perdía mucho tiempo en el coche entre una y otra y no podía dedicarle todas las horras que yo creía necesarias ", se confiesa el confesor.

En su mensaje ya viral - "¡Es es Santi, nuestro párroco; el mejor!" - lo jalea uno de los vecinos que colgó su homilía en las redes, Santiago anima a su feligresía dispersa a "orar, a acordarse de Jesús y a recurrir a él, igual que cuando éramos niños acudíamos a nuestros s padres cuando teníamos miedo".

Pide además oraciones para quienes siguen trabajando para curar, y para que el mundo no pare del todo. Con un mensaje más serio en su faceta de sacerdote en las redes, que en el personal, el de un joven con vocación de ayudar, hace recuento de esas ocho parroquias que tiene a su cargo; "San Andrés de Penosiños; San Salvador de Paizás; San Jorge de Acevedo do Río; Santa Eufemia do Alcázar de Milmanda; Santa María do Alcázar de Milmanda; San Mamede de Albos; San Adrián de Cexo y San Miguel de Bangueses", enumera." Pero cuente, no vaya a dejar alguno".

A la vuelta del encierro, tendrá que oficiar dos o tres funerales, comuniones. "Es duro para las familias un entierro sin pésame, sin despedidas. Algo bueno tendremos que aprender de todo", confían igual el hombre y el sacerdote.