El parón de la mayoría de actividad judicial por la emergencia sanitaria del coronavirus no afecta a las causas con preso, una de las salvedades contempladas al tratarse de asuntos urgentes, puesto que conllevan la privación provisional de libertad de presuntos delincuentes. Uno de los procedimientos que sigue su curso en estos tiempos extraños, también para la administración, es el que tiene entre rejas desde agosto de 2018 a Teófilo S. D., que presuntamente atacó a su mujer con un machete en el aserradero del municipio ourensano de Piñor donde ambos trabajaban. La Fiscalía, que en un principio considera los hechos como constitutivos de un delito de lesiones agravadas, ha solicitado la apertura de juicio oral. La acusación particular, que ve intento de asesinato y consiguió que la Audiencia Provincial aceptara tramitar un sumario -el procedimiento para los hechos más graves-, hará lo propio a continuación.

El tribunal provincial se encargará después de dictar el auto que abrirá la fase de la vista oral, requiriendo a las acusaciones que formulen sus escritos de calificación -el relato de los hechos, según su versión, y la petición de condena-, antes de que la defensa plasme sus argumentos. Con la prueba propuesta, la Audiencia decidirá cuál se admite y pondrá fecha al juicio.

Teófilo S. D. permanece investigado por un delito de maltrato continuado, lesiones agravadas o bien presunto intento de homicidio/asesinato. En febrero, en la comparecencia indagatoria en el juzgado de O Carballiño, negó los hechos. El auto de procesamiento le atribuye el ataque a su entonces mujer -estaban en trámites de divorcio, que él no quería firmar- con una especie de machete de 33 centímetros. Ella resultó herida grave.

Se protegió con los brazos cuando el hombre, de origen dominicano y nacionalidad española, presuntamente pretendía cortarle las orejas, por celos. Tras negar el ataque ante la Guardia Civil en la Comandancia de Ourense -dijo que estaba en el baño y que al oír los gritos vio a la mujer ensangrentada y con el machete- el presunto agresor machista se acogió después a su derecho a no declarar en el juzgado, en el paso a disposición como detenido, en agosto de 2018. En la indagatoria se limitó a decir "no" para negar los hechos.

Ambos habían firmado meses antes el divorcio, aunque faltaba que se materializase en el juzgado porque él daba largas. Ya no convivían desde hacía años y la relación se había limitado al hola y adiós. Él presuntamente no aceptó que su mujer rehiciera su vida y decidió atacarla. Según un testigo, un compañero, Téofilo le mandó afilar el machete ese día, sin que él supiera nada de sus intenciones.

La versión de las acusaciones

El agresor propinó un fuerte puñetazo a la víctima en el ojo derecho, que provocó su caída hacia atrás. Posteriormente, con el supuesto propósito que le manifestó de cortarle las orejas, la hirió en el brazo después de que la mujer se protegiera la cabeza con ambos. La entrada de una compañera en la habitación de la fábrica donde ocurrió el ataque evitó que continuara. Tuvo que ser operada de urgencia por un profundo corte en una de sus extremidades superiores.

Le practicaron un torniquete y al lugar acudió un helicóptero sanitario, que llevó a la víctima al hospital de Ourense. La enfermera que se desplazó en el aparato de emergencias declaró en el juzgado que "el sangrado era muy importante y que era necesario cortarlo. Si no podría correr riesgo" la vida de la mujer.

En la instrucción, la denunciante declaró que en ocasiones anteriores el hombre ya la había amenazado con que le iba a cortar las orejas si la veía con otro hombre.