No quiere tener nombre porque está preocupada de la repercusión social que puede conllevar. Uno de los 34 casos positivos confirmados de coronavirus en la provincia de Ourense -último dato actualizado durante el día de ayer por la Xunta de Galicia- habla para FARO con condiciones.

Su caso es uno de los más recientes detectados y las relaciones sociales que ha mantenido ha provocado que se esconda en el anonimato: "Me siento señalada porque alguna gente me ha dicho 'me has infectado' y, la verdad, no entiendo ese estigma social que crean algunas personas. Me agobia mucho, la verdad", al tiempo que añade que "está siendo todo muy complicado. Hay gente que está desinformada y crea ese estigma porque le da más importancia al coronavirus que a la persona que lo tiene, como yo. No me lo esperaba, es como que te echan las culpas de estar contagiado. Yo no tengo culpa de nada". Sin embargo, también reconoce que "ha habido otras personas que se han portado muy bien".

Fue a trabajar a Madrid hace dos semanas. Volvió y la carga de la actividad laboral le llevó a pensar que era un dolor de cabeza por estrés laboral: "No me encontraba bien, tenía febrícula y me sofocaba mucho. Entonces llamé al teléfono 900 400 116 y me costó un poco. Hace cuatro días lo intenté de nuevo y hace tres sí que te dejaban en espera, estuve 15 minutos y me cogieron". Añade que el explicar los síntomas le dijeron que era candidata a hacerse las pruebas y que se las harían en un par de días.

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"Pero llegaron el mismo día de la llamada. Vinieron dos personas un chico y una chica", apunta. "Tenía el móvil apagado porque se me había quedado sin batería, me llamaron al telefonillo para que estuviera disponible porque me iban a dar instrucciones para proceder a hacerme la prueba", continúa explicando. Así, tras detallar lo que tenía que hacer se pusieron la ropa protectora en el descansillo. "Mientras mi marido y mis dos hijos esperaron en otra habitación con todo cerrado", ya que "necesitaban una habitación, la más cercana a la puerta, con una silla y allí me hicieron la prueba, que es bastante desagradable", relata.

Tose sin querer y recupera el aire para hablar y describir cómo es la prueba del coronavirus: "Es desagradable, como cuando tragas agua y te va a la cabeza pero más fuerte", señala mientras destaca que "fueron súper agradables, muy amables. Fue todo muy bien, unos profesionales encantadores". Y antes de continuar quiere hacer un llamamiento para reconocer la labor de la sanidad pública "porque me llaman a todas horas, para hacer un constante seguimiento y control de mi caso y preguntarme cualquier cosa".

Los profesionales y autoridades primero dijeron que era "como una gripe", pero algunos que la sufren no la definen así: "No es como una gripe, los síntomas son más como una neumonía y después tener febrícula. Yo por ejemplo no tengo fiebre -no supera los 38 grados- pero sí que tengo una sensación de cansancio continua, nunca había tenido esa sensación".

El equipo móvil que le hizo la prueba del coronavirus en su casa no se la realizó ni su esposo ni a sus hijos. "Mi marido se ahora siente cansado y tiene algo de febrícula pero no le han hecho la prueba". Entiende que es un positivo no confirmado como "los posibles casos que puede haber en la sociedad ya que a muchos de ellos no le están haciendo las pruebas con síntomas leves".

Sus hijos y la distancia

"Tengo un hijo más pequeño que necesita cariño y la verdad, que es muy difícil no tener contacto con besos o abrazos, pero lo estamos cumpliendo", dice con apatía. Entre las cuatro paredes intenta no juntarse con su familia para mantener las distancias y evitar contagios. "La situación en mi casa es complicada. Mis hijos y mi marido duermen y comen en un sitio y yo en otro".

Intenta estar desconectada, pero la energía del día es insuficiente y remite a primera hora de la tarde. "Necesito tirarme porque estoy muy cansada. Incluso para hablar o poner la lavadora es algo que me agota y eso es algo que antes no me pasaba", apunta.

La llamaron para decirle que había dado positivo y desde entonces está cansada. Y finaliza: "Esperemos que pase pronto".