La pandemia del coronavirus Covid-19 ha limitado la libertad de movimientos de los ciudadanos y también afecta a la vida penitenciaria y a las rutinas de quienes están privados de libertad a diario. La emergencia sanitaria ha obligado a suspender visitas, contactos vis a vis, comunicaciones por el locutorio así como permisos ordinarios y de tercer grado, las actividades y la escuela penitenciaria y las visitas no urgentes al médico. Además, por precaución y para minimizar el riesgo de contagio, cada recluso que ingresa es sometido a 14 días de cuarentena, aunque no presente síntomas, bajo el seguimiento de los médicos del centro penitenciario. También sucede con los últimos retornados de permisos antes de que se suspendieran. Estas medidas rigen en el centro penitenciario de Pereiro, donde en la actualidad están recluidas un total de 322 personas. Se procura que los internos de distintos módulos no entren en contacto. Los talleres laborales siguen, al ser grupos reducidos, con precaución.

La abogacía de Ourense, a través del colegio y de la comisión de asesoramiento jurídico penitenciario (Caxpou), está entre la veintena de colectivos que exigen "medidas urgentes" al Ministerio del Interior para proteger a los reclusos de los riesgos de esta pandemia, velando por sus derechos fundamentales. Entre otras, solicitan reforzar las plantillas de personal sanitario dentro de prisión así como la excarcelación de aquellas personas con un estado de salud más grave y edad avanzada, y que los posibles aislamientos sean en centro médico y no en la celda. "Un servicio médico inadecuado en prisión puede llegar a constituir trato inhumano o degradante". También piden implantar videollamadas y la gratuidad del uso del teléfono.

Desde Pereiro responden que han aumentado el número de llamadas permitidas para que contacten con familia y abogados. Dicen que la plantilla sanitaria está formada 3 médicos, 5 enfermeros y 1 auxiliar. En los últimos meses han sido excarcelados 6 internos con problemas graves de salud, posibilidad que prevé el reglamento penitenciario Los funcionarios disponen de guantes y gel hidroalcóholico, pero no de mascarillas. El centro tiene un número limitado, reservadas por si surge un caso.