Están entre rejas, sin nadie que los defienda pero sí muchos a juzgarlos, y sin haber cometido ningún delito. Y algunos incluso con cadena perpetua como parece ser el caso de "Kiwi", el perro que más años lleva en la perrera de O Carballiño, unos cinco, ya que hasta la fecha no ha aparecido alguien que quiera adoptarlo. Son más de 1.800 días que ha pasado durmiendo sobre cemento, mirando entre rejas, y echando en falta un poco de cariño que él correspondería por triplicado.

Kiwi llegó a la perrera siendo un cachorro por lo que apenas tendrá buenos recuerdos de cuando era libre y feliz. Ahora con unos 6 o 7 años, de tamaño mediano, este podenco está "hinchado por no poder moverse y comer carcazas de pollo crudo", lamentan en las redes sociales.

Lo cogió el lacero, abandonado en un pueblo de Cenlle, y tras cinco años encerrado y sin cariño, sus facciones son tristes, y suplica un poco de afecto.

Pero lamentablemente Kiwi no es el único perro con cara triste y con muchos años de encierro, a los que desde Pro Animales Carballiño les buscan un hogar con urgencia. Y además de estos inocentes condenados a cadena perpetua, cada vez llegan más animales a la perrera ya que "últimamente abandonan más perros grandes, los más difíciles de encontrar hogar". Perros mayores y que acaban muriendo en una jaula cuando en una casa podrían desbordar de cariño a sus amos y ser una especie de mayordomo que avisa de cualquier visita o intruso, además de recibir con alegría y afecto a su amo.

Esta protectora sigue trabajando en la búsqueda de un hogar a estos animalitos y prestando cuidados sanitarios en otros casos, y "no recibimos ningún tipo de ayuda, solo las donaciones de la gente". Y para continuar con su loable labor también necesitan más socios, madrinas y padrinos voluntarios que colaboren.

Y es que esta protectora está en la actualidad conformada por solo dos personas y están desbordadas. A mayores, tienen que pagar 800 euros mensuales por las residencias a las que llevan animales que no sobreviven en la perrera y para los que no aparecen acogidas ni adopciones. Algunos llevan meses en ellas. Esta protectora salva a más de 200 perros al año, y encontrarles un nuevo hogar y una mejor vida es su mayor alegría y compensación a su arduo trabajo.