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Diez años apartado de las salas de exposiciones

Manuel Buciños reconoce que su nacimiento artístico se ha producido en " O Volter", la taberna de O Tucho, al calor de las tertulias que realizaba Vicente Risco con los "artistiñas", como Xaime Quessada y Acisclo Manzano, dentro de un espacio literario denominado "Atenas de Galicia", en el que tenían mucho peso otros miembros de la Xeración Nós, como Ramón Otero Pedrayo y Florentino López Cuevillas.

Tras la primera fase en la que hizo escultura tradicional, que entroncaba con la mayor parte de lo que se había realizado hasta aquel momento, Manuel Buciños le dio un gran impulso, "al descubrir que se podía modelar en cera, directamente", por lo que dejó al margen el barro y la escayola, que utilizaba hasta aquel momento. "La cera tiene una impronta completamente diferente, porque es muy directa", explica. Luego descubrió que tenía la necesidad de fundir, y se fue a Madrid para aprender la técnica. Montó una fundición en su pueblo, en Buciños -a poco más de veinte kilómetros de la ciudad de Ourense-, para completar todo el proceso: "No dejo las obras en manos de nadie; lo hago yo todo". Utilizaba roble, para crear el carbón, con el que fundía las piezas.

Esto le permitió pasar de "una obra más pesada y más dura", a la estilización de la imagen, con figuras huecas y muy alargadas. Realizó esta innovación hace 45 años. "Antes modelaba en barrio, y las figuras eran más rotundas, más pasadas; no podía introducir huecos? Al realizar el diseño en la cera, puedes hacer maravillas". De esta forma, Buciños logró introducir la innovación y la vanguardia, dentro de la línea figurativa y tradicional que caracteriza su producción.

Manuel Buciños no ha tenido un maestro, para dominar la técnica del bronce. La clave para lograrlo, fue "desplazarse a Madrid y trabajar en una fundición durante seis meses, para copiar el sistema".

A pesar de que Manuel Buciños está considerado y reconocido como "el escultor del bronce de Galicia", realizó otro hallazgo sorprendente hace cerca de treinta años, al lograr combinar con éxito la técnica del metal que domina, con la tradición del granito de Antonio Faílde. "Es curioso, porque al principio yo pensaba que esto no llegaría a encajar, al tratarse de materiales completamente diferentes".

Técnica compleja

Esta nueva línea escultórica causó furor, por lo que Buciños terminó combinando el granito con la piedra en el 3% de su obra. Y lo más curioso es que "solo me queda una escultura de esas características en casa".

El éxito logrado mediante esta técnica, no se ha traducido en la aparición de alumnos que siguieran la estela de Manuel Buciños, debido a la complejidad del sistema. "No es fácil. Si no fundes tú, es imposible. Primero hay que preparar la piedra, y luego modelar la cera, para que quede bien encajada".

La última innovación que realizó Buciños fue incorporar el bronce pulido en algunas de sus esculturas, en contraste con otras partes rugosas de las piezas.

Manuel Buciños es un artista que mantiene una presencia discreta en los espacios públicos de las ciudades gallegas, al mostrarse en desacuerdo con la política de encargos directos que se ha desarrollado a lo largo de la historia, "por los efectos negativos que ha tenido". Esa es la razón por la que, cuando le proponían hacer un monumento, siempre recomendaba al político de turno que realizara un concurso público.

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