Para muchos agricultores y conductores, el jabalí se ha convertido en un problema. Las batidas son una forma de controlar la población y evitar siniestros y daños en cultivos. Sin embargo, es un animal fundamental en el equilibrio del ecosistema, como destaca la asociación ecologista Ridimoas
"Son animales muy importantes en el bosque ya que con las excavaciones que hacen con sus hocicos labran el terreno intercambiando y redistribuyendo elementos del suelo. Además, con sus excrementos aumentan la fertilidad de la tierra y ponen a disposición de otros organismos minerales esenciales. Con sus rascaduras aclaran los matorrales, controlan la densidad de los pinos en beneficio de los robles y destapan manantiales". Ridimoas asegura que estos animales "ayudan a limpiar, desenterrando basura que `puercos´ de dos patas dejan tirada durante años". Y es que al escarbar por los caminos y bosques levantan plásticos y demás desperdicios que están enterrados.
Pablo Rodríguez Fernández, presidente del colectivo, dice que "en Ridimoas se comportan como seres confiados y cariñosos, permitiéndonos observar pautas de su vida".
Destaca que este animal "lleva en el planeta mucho más tiempo que los humanos y tienen una función en el bosque muy importante. Lamentablemente se está quedando sin territorio y por eso salen a los cultivos, pero en el bosque cuando no se les molesta se reproducen poco, escarban, comen animales parásitos de los árboles, y aportan mucho a la ecología".
Comenta Rodríguez que "yo me quedo a las noches con ellos, hasta cerca de las 11 y son sumamente cariñosos". El ecologista explica que cuando se hacen batidas se matan a los animales dominantes, a los machos y hembras que reproducen, y "después se reproducen todos, porque no hay quien mande en el territorio y hay una explosión demográfica. Todos los pequeños se reproducen y donde había 10 animales ahora hay 30 y de mala calidad".
Advierte que el jabalí es un animal fundamental y otras especies necesitan de él, como por ejemplo "unas mariposas que vienen a los minerales de sus excrementos. Sin él el bosque pierde mucho, pero ahora la agricultura y la ganadería se han vuelto intolerantes contra todo y no le queda territorio", criterio. Entre carreteras y desmontes pierden hábitat, por lo que es habitual verlos por las vías, dentro de los pueblos e incluso en áreas urbanas. Ridimoas destaca que son fieles al lugar pero que debido a las batidas se van moviendo de sitio.
