H. A. A. tiene 61 años y lleva en prisión provisional desde noviembre de 2017, tras ser detenido por el grave atropello al volante de su furgoneta a un motorista que resultó herido de gravedad. El fiscal, Miguel A. Ruiz, ha presentado el escrito de calificación de estos hechos. Considera que el conductor tenía la intención de matar a la víctima y obró de forma "violenta y agresiva", después de una discusión previa de tráfico que le produjo "enojo y crispación". Acusa al sexagenario de un delito de asesinato en grado de tentativa, y solicita 9 años de prisión, 12 de alejamiento y el pago de indemnización de 230.000 euros. El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial en los próximos meses.
El pasado mes de noviembre, el tribunal decidió prorrogar la situación de prisión provisional, eludible bajo fianza de 20.000 euros. Pero el acusado sigue entre rejas. El hombre ha sostenido que no tenía intención alguna de atropellar al conductor de la motocicleta. La defensa esgrime un testigo que declaró que el motorista interrumpía la trayectoria del conductor de la furgoneta haciendo maniobras en zigzag. Una vez que la Fiscalía ha formalizado la acusación esta parte podrá formular sus argumentos.
A primera hora de la tarde del 26 de noviembre de 2017, sobre las 15.40 horas, el acusado circulaba con una furgoneta Fiat Scudo por la calle Basilio Álvarez, en el barrio ourensano de A Ponte, y al percatarse de que delante de él circulaba la motocicleta Suzuki con cuyo conductor había discutido por motivos de tráfico un poco antes, en la Avenida de Santiago, el sexagenario presuntamente decidió acercar su furgoneta y golpearlo "violenta y sorpresivamente -subraya el fiscal- con la parte frontal de su vehículo en la parte trasera, haciéndolo perder la estabilidad.
El motorista hizo una maniobra evasiva para evitar caer al suelo. Redujo la velocidad y se arrimó al lado derecho de la calzada, teniendo incluso que circular por el arcén. El ministerio público asegura que, en ese momento, el encausado imprimió una mayor aceleración a su furgoneta y, "con la misma finalidad de acabar con su vida", se dirigió hacia donde se encontraba la víctima, volviendo presuntamente a golpear con violencia la motocicleta. Como consecuencia de este impacto el motorista salió despedido y cayó al suelo.
La calificación de estos hechos como un intento de asesinato se asienta, por ejemplo, en que tras esas dos primeras embestidas el conductor, "al observar la situación de absoluta indefensión" en que se encontraba el motorista, tendido en el suelo, decidió presuntamente matarlo pasando con las ruedas delantera y trasera derechas por encima del cuerpo del hombre.
A continuación se dio a la fuga del lugar del siniestro pero fue interceptado por agentes de la Policía Local en la confluencia de las calles Basilio Álvarez y Victoria Kent, justo donde el cuerpo municipal tiene su sede. Los municipales comprobaron que la furgoneta tenía un fuerte impacto en su parte frontal y llevaba suelto la parte que cubre el cárter -el motor perdía líquido-, como consecuencia del impacto.
Secuelas graves
El motorista sufrió heridas severas, con fracturas múltiples, y llegó a estar en coma. Necesitó varias asistencias facultativas. Le han quedado secuelas de carácter grave que han mermado su calidad de vida. La Fiscalía solicita 43.452 euros por incapacidad laboral, 169.481,38 por secuelas así como 10.000 más por daños morales.
