Uno de esos incendios que cíclicamente amenazan la ciudad de Ourense, devorando el monte desde su periferia, puso en peligro a vecinos, animales y propiedades en la parroquia rural de Palmés, a finales del mes de julio de 2015.

El fuego se aproximó hasta el mismo umbral de las casas y cercó granjas. Los residentes recurrieron a lo que podían -mangueras domésticas, calderos de agua, xestas como apagafuegos- haciendo frente a la peligrosa amenaza. Aquel gran incendio arrasó 215 hectáreas.

Concienciados en evitar que la plaga de los incendios resultar inevitable cada ciertos veranos, un grupo de vecinos tomó la determinación de criar vacas en la zona, en extensivo, con los animales comiendo y durmiendo al aire libre, salvo cuando con los rigores del tiempo se cobijan en una nave.

Con el paso de estos años, han conseguido transformar en monte sin maleza, en área de pastos, el terreno en abandono que podría propiciar de nuevo una emergencia. Cuidan 25 cabezas en la actualidad -19 vacas y 6 terneros- cuyo pastoreo ha conseguido limpiar 35 hectáreas que antes estaban a monte.

De entre las siete grandes ciudades de Galicia, Ourense es la que menos vacas tiene, según el registro oficial de la Consellería de Medio Rural. A la administración autonómica le constan dos explotaciones ubicadas en la parroquia de Palmés, dos más en la de Ourense, una en Seixalbo y otra en Cudeiro.

Domingo Antonio Fernández, de 45 años, es uno de los seis amigos -cinco hombres y una mujer, cuatro de Palmés y dos del municipio limítrofe de Amoeiro- que participan en esta iniciativa, radicada en la localidad de Anaigo. "Cada uno tiene su trabajo y en el tiempo libre nos dedicamos a esto", introduce él, que es comercial de gasóleo. Aquel devastador incendio cambió su mentalidad.

"Empezamos buscando un motivo para mantener limpias las fincas, y de ahí surgió meter ganado. Comenzamos dos amigos, con dos vacas, y se fueron animando más vecinos", describe. Lo que antes era monte sin atender en la actualidad son 27 hectáreas en Palmés y otras 8 en Amoeiro que sirven de prado a las vacas, así como de franja natural de protección para la parroquia.

"Retiramos el monte del pueblo"

"Retiramos el monte del pueblo"Varios propietarios cedieron sus parcelas, recibiendo a cambio una limpieza natural que libra de la necesidad de acometer o contratar un desbroce para cumplir la normativa contra incendios en los núcleos de población. "La gente está contenta, porque al final vas retirando el monte de los pueblos". Pese a que aún quedan propietarios que rehúsan. "Hay vecinos que todavía no han facilitado el terreno y lo tienen a monte, pero en cambio otros sí lo hicieron en pueblos como Trasalba y Parada de Amoeiro".

El fuego que en 2015 se adentró en Naves "hoy ya no llegaría", asegura Domingo. En otra zona por la que las llamas podrían propagarse "en este momento ya estamos a punto de tener tierras ahí. Nuestra intención es ir logrando más fincas en Palmés que hagan de cortafuego. Son aproximadamente unas 12 hectáreas en torno a Anaigo, de las cuales unas 5 o 6 ya se encuentran desbrozadas".

En esta periferia del norte de la ciudad, a diferencia de otras latitudes de la provincia, "es un terreno donde necesitamos muchas hectáreas para satisfacer al ganado, porque no se trata de una zona de muy buena producción de hierba".

La vida de esta veintena de bovinos es natural, completamente ecológica. Pastan al aire libre y los terneros reciben cereales: trigo, maíz o centeno. "No utilizamos ningún pienso". La producción de carné se dedica al 100% para el autoconsumo de estos 6 vecinos, sus familiares y amigos. "Te aseguro que sabe muy bien. Como todos los días en el polígono y casi siempre pedía filete. Hace tiempo que dejé de comer carne fuera de casa", dice Domingo.

Los viernes por la tarde, los sábados y los domingos se encargan de la atención de los animales. "En verano estamos los 5 o 6 socios trabajando los fines de semana, en invierno en ocasiones alguno menos". En los años 80, cuando Domingo era pequeño, todos los vecinos de Palmés sumaban "16 o 17 vacas". Hoy su iniciativa en extensivo, con el tamaño ideal para no tener que cambiar el modelo ecológico ni comercializar la carne, protege a todos.