El trabajo en equipo que lleva a cabo el equipo de profesionales que realiza la restauración de la iglesia de la Trinidad, ha capeado contra los temporales del pasado año, las sorpresas que obligaron a realizar modificaciones del proyecto al detectar partes en mal estado en bóveda y cubierta, y la burocracia de las administraciones. Conseguir un permiso en en el Concello de Ourense para cortar una calle y utilizar un sistema de grúa para cargar vigas de madera de hasta 400 kilos de peso y 20 metros de largo, fue tarea imposible. "Decidimos realizar ese trabajo con métodos prácticamente manuales y asumiendo riesgos", explica Eva Abal, de Construcciones Abal.
El permiso del Concello se tramitó pero la rehabilitación iba a encontrarse con un gobierno local sin constituir tras las elecciones, y encima la obra en cuestión había sido una decidida apuesta del alcalde anterior Jesús Vázquez. "Cuando hicimos el análisis de la bóveda, vimos que las vigas estaban mal y en la cubierta también había problemas; decidimos restaurar todo en lugar de poner otra estructura y redactar un modificado de proyecto avalado por Patrimonio. Si hubiéramos esperado por los permisos para ocupar la calle tardaríamos meses", lamenta Eva Abal.
