Evaristo M. M. , al que conocían como Joaquín, bajaba pronto la persiana de su bar para echar el cierre, sobre las 21 horas. Escamó a clientes y vecinos que el miércoles no abriera la puerta en toda la jornada. La casa en la que vivía solo, un tercer piso del número 13 de la calle Hermanos Villar, dista apenas dos minutos caminando del Bar Novo, donde fue víctima de un crimen. Falleció en un ataque con arma blanca. La causa principal de la muerte, un corte en el cuello tras un forcejeo. El cadáver -la autopsia se practicó ayer- fue localizado tras la barra por un cliente que lo echó en falta. Se investiga el móvil de este homicidio y se analizará si alguno de los cuchillos del establecimiento fue el arma utilizada o el autor se la llevó. Agentes de la Comisaría General de Policía Científica acudieron desde Madrid para reforzar la inspección ocular en su casa y el bar.

Portugués asentado en Ourense desde hace años, llevaba un lustro al frente del negocio hostelero de la calle Colón, en el casco histórico, y pretendía jubilarse pronto. Comerciantes y vecinos lo definen como un hombre "cortés", "muy educado" o "amable", pero parco en palabras. El bar, dicen, era tranquilo y no refieren conflictos. "No había jaleos, cerraba pronto y la música era baja". Pero se trataba de un "punto negro" para la Policía y la víctima es conocido por las autoridades y en su historial constaban varios antecedentes. En 2014, un año antes de que asumiera la gerencia, cuando aún era un empleado, Evaristo fue detenido por presunto trapicheo en el establecimiento. Cuando la Policía entró, estaba en la cocina cerrando unos plásticos que contenían cocaína. Aquella fue su séptima detención por diversos hechos. En 2007 lo arrestaron por atropellar bajo los efectos del alcohol a tres peatones, en la calle Progreso. Lo condenaron en 2010 a 15 meses de prisión y 4 años sin carné.

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Ourense busca al autor o autores de los hechos. Ayer, el domicilio estuvo vigilado por la Policía. Los agentes recorrieron el barrio en la procura de testimonios que ayuden a esclarecer el crimen. El bar está precintado. El caso, bajo secreto por orden del juez de Instrucción 2, Luis Doval.

En la comisaría de Ourense eluden dar información hasta que la investigación fructifique. El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, se mostró cauto. "Da la sensación de que ha habido violencia pero hay que esperar al resultado de la autopsia y la investigación de la Policía. En esa hipótesis de violencia estamos barajando todo".

En la calle Colón y el entorno se establecieron en los últimos años emprendedores, comerciantes y vecinos que se muestran contrarios a ese estigma de marginalidad heredado de los tiempos en que proliferaba la venta de drogas y los locales de prostitución, hoy ya negocios contados. Veteranos de la zona aseguran que el barrio es tranquilo y que no son frecuentes los conflictos o los robos.