El Concello empieza a poner cerco al conflicto abierto desde hace años por los vecinos en protesta por los ruidos que generan decenas de locales nocturnos del casco viejo hasta altas horas de la madrugada y en muchos casos funcionando sin licencia. Así, la administración local acaba de imponer una multa de 1.500 euros a uno de estos locales, por tener manipulado el limitador de decibelios y abrió además 11 expedientes a otros tantos locales por caducidad de licencia.

La concejala de Urbanismo, Sonia Ogando, dio a conocer estas nuevas medidas, tras años de parón administrativo en la persecución de este tipo de irregularidades, en la reunión la comisión de trabajo multidisciplinar mantenida ayer, en la propia Concejalía de Urbanismo, para elaborar una nueva ordenanza sobre ruidos.

"Espero que estas medidas ayuden a poner en orden la situación actual, hasta llegar a una convivencia armónica", aseguró la edil.

En la reunión de ayer participaron representantes de asociaciones vecinales como O Cimborrio, que es la que ha iniciado la etapa más reivindicativa, con acciones directas ante el Concello para destapar las múltiples irregularidades, así como representantes de asociación Casco Vello.

En el afán por pulsar la opinión de todos los colectivos implicados para redactar una nueva ordenanza, estuvieron también en esta reunión, la segunda preparatoria de la Ordenanza de Ruidos, la Agrupación Vecinal Miño, la Unión de Hosteleros, los cuatro grupos políticos con representación en el Concello y la intendente de la Policía Local, María Barrera.

Por parte del gobierno municipal participaron también junto con Sonia Ogando, las ediles de Política Social, Igualdad y Sanidad, Eugenia Díaz Abella, y Comercio y Seguridad Ciudadana, María Fernández Dibuja para que la solución sea "transversal", indicó Ogando.

También se trató la situación actual de los veladores y de las terrazas y la problemática que ocasiona el consumo de alcohol en la calle. Por su parte los representantes del sector de la hostelería manifestaron su voluntad de colaborar, pero indican que "es muy difícil atajar el incivismo de algunas personas y el ruido más molesto es el que genera la gente que se reúne fuera de los locales", matizaron.

La concejala de Urbanismo propuso además en el transcurso de la reunión cambiar el procedimiento sancionador, dentro de la legalidad, y que determinados incumplimientos de la normativa puedan sancionarse directamente, así como elevar el importe de las sanciones, servizo prestado por la Xunta de Galicia.