Entre 1.000 y 1.500 personas se movilizaron ayer en A Rúa para defender la sanidad pública y exigir mejoras en la atención primaria, especialmente con la construcción de un nuevo centro de salud -una demanda que se inició hace ya 20 años-, así como garantizar las prestaciones en el hospital comarcal de Valdeorras. La ola ciudadana contra los recortes sanitarios en el rural marcó un hito en Verín, con el clamor contra el cierre del paritorio que hizo rectificar a la Xunta. Mañana reabre el servicio tras la contratación de una pediatra. En Valdeorras también hay un profundo malestar. Profesionales, miembros de la plataforma sanitaria de la comarca, representantes sindicales y políticos y numerosos vecinos se sumaron ayer a una protesta que recorrió las calles de A Rúa y finalizó frente a la casa consistorial.

Un año de protestas

La manifestación llega tras un año en el que el grupo se concentró todos los lunes a las puertas del obsoleto centro de salud de A Rúa para urgir la construcción de uno digno. La reivindicación sigue pese a que justo anteayer, en víspera de la anunciada protesta, el presidente de la Diputación, Manuel Baltar; el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez, y el alcalde de A Rúa, Álvaro Fernández, firmaron en Ourense un protocolo de colaboración entre el Sergas, la Diputación y el Concello para la ejecución del nuevo centro de salud de A Rúa.

Pablo Deramond es médico allí desde hace más de 15 años, y uno de los portavoces de la plataforma sanitaria de la comarca. "Parece que solo con manifestaciones se hacen eco de las reivindicaciones del rural. Es un problema desde hace años para el que seguimos reivindicamos mejoras: una atención primaria digna, un nuevo centro de salud en A Rúa y un no al desmantelamiento progresivo del hospital de O Barco", señala.

La manifestación finalizó ayer en A Rúa con la lectura de un manifiesto en el que hubo una mención especial para la comarca de Verín por lograr revertir con su presión social el cierre del paritorio. La plataforma se queja de listas de espera y falta de personal. "Cada vez somos más los que debemos ir a Ourense para operaciones o consultas", lo que implica un viaje de 100 kilómetros o más.

El recinto sanitario de A Rúa, que atiende a cerca de 5.000 personas en la zona, "está en una situación deplorable", denuncian. "Hace casi 40 años que se construyó, como la casa para el médico y la consulta. Se ha ido modificando pero los espacios son minúsculos, no hay siquiera dónde poder dejar material como jeringuillas, alcohol o betadine; se utiliza el cuarto de la caldera. No existe sala de urgencias", describe Deramond.

En A Rúa, los sábados, se asume también a los pacientes de Vilamartín, Petín, O Bolo y Larouco. Además, durante toda la semana, en el maltrecho centro de salud hay consultas de pediatría y odontología. "Estoy absolutamente convencido de que los responsables sanitarios y políticos no se enteran de la situación que existe en lugares alejados como este. Estamos en una situación tal que la única forma de mantener el rural, con el que se llenan la boca, es no quitar servicios. Sin duda puede salir más caro que en la gran ciudad, pero estamos en Galicia, deberían saberlo ya".

Convenio a tres bandas

Más de un año llevan reclamando la construcción del centro de salud que, según el convenio a tres entre Sergas, Diputación y Concello, será ejecutado por la administración autonómica en un solar cedido por el ayuntamiento donde el ente provincial se encargará de acometer los trabajos de urbanización, como el acceso, abastecimiento de agua, saneamiento, suministro eléctrico, alumbrado y telefonía. "Es el primer paso para, en meses, tener un centro de salud a disposición de los vecinos", declaró el conselleiro tras la firma del convenio. La plataforma no se fía. "El Sergas dice que es una obra prioritaria y que figurará en los presupuestos de la Xunta pero no aparece ni en la lista de espera. ¿Y dónde está el terreno? Somos del rural, pero no somos tontos", señala Deramond.