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Ourense, la provincia de España que más población perdió en los últimos 40 años

Cada año desde 1979 se cerró con menor censo que el anterior

Varias personas pasean por el Parque de San Lázaro. // Iñaki Osorio

Los datos son demoledores. Ourense es la provincia que más población pierde desde 1979. No es baladí, es una sangría que se instala desde que existen datos y que se muestra constante cada año. Precisamente, en los últimos cuarenta años no hay otra radiografía que no sea pésima. Desde 1979 hasta la actualidad, la provincia es la región de España que más personas de su censo de residentes pierde. Una estadística que refleja la crisis demográfica que vive de forma intensa desde hace cuatro décadas.

En 1979, Ourense gozaba de una demografía de un total de 431.345 personas. De las cuales más de dos tercios eran españoles residentes en el suelo ourensano y el resto emigrantes. Una cifra que parecía al culmen pero que ya arrastraba el descenso demográfico desde una década atrás.

Siete años después, Ourense bajó de los 400.000 habitantes residentes. Una cifra que no se volvió a alcanzar en el futuro. En 1986, la provincia registraban un censo de 395.661 habitantes y desde ese justo momento no existieron políticas ni iniciativas que frenasen la caída demográfica hasta el día de hoy.

Alcanzar de nuevo los 400.000 ya era una quimera y el objetivo marcado de los poderes públicos era mantener y estabilizar los habitantes, pero el saldo demográfico negativo, la emigración y las escasas oportunidades se convierten en un mantra de la situación demográfica.

3.086 personas/año de media

La pérdida constante es algo significativo para analizar el censo de las últimas cuatro décadas, sin embargo, la fluctuación antes de 1992 y después tiene diferencias. Antes del citado año, la provincia perdía alrededor de entre 5.000 y 7.000 persona hasta el año de la Eurocopa de Suecia. A partir de ahí, la caída se reduce y el descenso de la población no supera las 3.000 personas por año hasta la crisis del nuevo milenio. Una época donde los emigrantes ourensanos se instalan en otras provincias, pero también buscan oportunidades en el extranjero, huyendo de las escasas oportunidades laborales.

No existen indicios de recuperación demográfica, aunque si de presunta estabilización hasta la explosión de la crisis de 2008. Durante los primeros años de la recesión, el censo intenta impedir la fuga de habitantes residentes, pero es a partir del año 2011, periodo máximo de aprietos económicos, cuando el registro de demografía vuelve a adelgazar de forma considerable.

En el año 2012, Ourense perdió 2.799 personas. El año siguiente, fueron 3.588. En 2014, un total de 3062 y en 2015, el censo bajó en más de 4.000 habitantes residentes en la provincia. Unas bajadas que llevaron a la provincia a pasar de los 331.649 en el inicio de la última década a los 307.879 actuales.

Por décadas

En los últimos diez años, el censo ourensano perdió un total de 23.770 personas desde 2010 hasta la fecha y todavía sin contabilizar el año que termina y que los registros se generan a 1 de enero de 2010. Un dato que es el segundo peor de las últimas cuatro décadas. La peor fue en la de los 80 cuando se bajó de los 400.000 y se estableció en los 360.000 aproximadamente. Durante la década de la precrisis (2000-hasta 2010) fue el periodo donde menos descendió el registro de habitantes en 9.726.

La comparativa de la demografía de los 80 y la de la actualidad es muy diferente. Principalmente motivada por el aumento de la esperanza de vida y, precisamente, ese crecimiento repercute en la pirámide demográfica que en la actualidad es invertida y en aquella época era proporcional.

A día de hoy la provincia de Ourense cuenta con casi 21.000 personas que tienen más de 85 años, mientras que en 1979 solamente eran 4.061. La evolución demográfica influenciada por las políticas sociales, la economía, los principios individuales que rigen la sociedad y la tecnología han provocado que lo mismo ocurra por debajo de la pirámide. Actualmente, la baja natalidad presenta uno de los principales problemas para la provincia por sus bajos índices de partos. Uno de los casos más llamativos es el cierre del paritorio de Verín. Los nacimientos en Ourense son los más bajos de toda España y uno de los más bajos de la Unión Europea. Otro aspecto que motiva la reducción del censo es la tasa de mortalidad, que viene implícita con el alto porcentaje de población mayor de 85 años que existe.

La provincia es la que más pierde en los últimos 40 años, pero se coloca como la cuarta provincia que más residentes perdió desde finales del siglo XIX con 93.500 personas, por detrás de Teruel y Zamora, que son segunda y tercera, por debajo de Lugo, que es la que pierde más población desde el siglo XIX con casi 130.000 personas.

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