El Instituto Nacional de Estadística determina que las proyecciones demográficas para la provincia de Ourense en la próxima década son realmente negativas.

A la constante y creciente pérdida de población residente en la geografía ourensana hay que sumarle un futuro en el que la provincia no imponga un muro de contención para parar la sangría demográfica y la despoblación.

Las previsiones del organismo estadístico nacional indican que el índice seguirá bajando hasta que en 2023 se produzca un descenso de personas hasta llegar a los 299.682. Esta nueva realidad supondría bajar de los 300.000 habitantes, una cifra importante para tener una representación política, en el futuro, en el Congreso de los Diputados, en el Senado y en el Parlamento de Galicia.