La pasada semana Ourense registraba el peor Índice de Calidad del Aire (ICA) estatal, debido a la alta concentración de partículas en suspensión (las PM2.5) con niveles de contaminación por encima de Madrid y Valencia. Este registro no es aislado y los altos parámetros contaminantes por estas partículas se dan eventualmente, en parte por las configuración urbana en zona de valle y en contextos climáticos de estancamiento del aire que dificulta su regeneración.

El punto urbano en el que se registró ese pico de PM2.5, partículas de efectos adversos para personas con patologías respiratorias, es en la estación medidora de la Xunta de la calle Eulogio Gómez Franqueira, al lado de la estación de tren actual y de la futura estación intermodal del AVE, cuyo proyecto modificado prevé un muro de 9 metros de alto que, según expertos como el profesor de Física de la Tierra de la Universidad de Vigo, Juan Antonio Añel, van a incidir en el índice de contaminación del aire de Ourense, al dificultar aún más esa futura barrera urbana la circulación del mismo. De hecho propone un estudio ambiental previo de riesgos para la calidad del aire de esa obra de la intermodal.

Avalado por meteorólogos

"Es algo avalado por los meteorólogos, que construir en las laderas de las montañas genera barreras importantes en las ciudades, que dificultan el movimiento del aire y su proceso de limpieza, en especial durante la noche, y este es un problema que va a producirse con la intermodal tal y como está concebida".

De este modo a las críticas del Colegio de Arquitectos de Galicia y de otros colectivos ciudadanos que han creado la Plataforma Tren Digno para tratar de paralizar un diseño de intermodal propuesto, tras desechar el primer proyecto integrador que había elaborado Norman Foster -proyecto que afirman constriñe la movilidad e integración urbana del barrio o convierte el centro de salud en glorieta de los autocares de la futura estación de buses- se une ahora la posible repercusión ambiental del muro de 9 metros de altura, con el que el nuevo diseño de intermodal pretende separar la vía del tren de la Avenida de Marín. Un búnker, según técnicos y vecinos.

Según los arquitectos, el hecho de que se dibujen pantallas verdes y un jardín vertical en la infografía de la obra que presenta Fomento, no va a solucionar el problema de la contaminación que esa barrera física podría generar en la calle con la peor calidad de aire de la ciudad, pues esa vegetación no tiene capacidad para tratar ni purificar las PM2.5 y PM.10, partículas en suspensión que son la causa de los altos indices de contaminación que registra la zona.

"Ese muro va a generar una barrera física muy importante en una calle en la que ya hay un tráfico urbano muy intenso, que va a empeorar con la instalación de la estación de buses, y afectará a la calidad del aire en toda la avenida de Marín como en toda el barrio de A Ponte", advierte Juan Antonio Añel.

Afirma el especialista de la Universidad de Vigo que "la estación medidora de la Xunta se ubicó muy cerca de la futura intermodal precisamente porque hay un intenso tráfico". Según este profesor de Física de la Tierra "la calidad del aire se mide en función de varios parámetros, gases como el monóxido de carbono, en función del ozono que hay en el aire o de esas partículas, las PM 2.5 de menos de 2,5 micrómetros que son las más peligrosas que pueden penetrar a través de los pulmones a los alveolos". Si bien considera que en términos globales la calidad media del aire en la ciudad es buena, pide más estaciones medidoras de calidad en otros puntos urbanos.