Un conductor de nacionalidad portuguesa está citado a juicio el 3 de febrero en la Audiencia Provincial de Ourense para responder por la comisión de un delito de cohecho. Ya se ha pactado un acuerdo que lo librará de entrar en prisión -la conformidad se anuncia en la hoja de señalamientos- pero su defensa dice que no ha podido contactar con él recientemente y desconoce su actual paradero, por lo que hasta la fecha no se despejará si se presenta para sellar el acuerdo, o bien el tribunal tendrá que dictar una orden de búsqueda para dar con él. Está acusado de intentar sobornar con 100 euros a un agente de la Guardia Civil de Tráfico a cambio de que no multara. Insistió pese a que el guardia se lo recriminó.

La petición inicial de la Fiscalía era de 4 años y 6 meses de prisión, más una multa de 6.480 euros. La conformidad rebajaría la pena a 2 años, según la defensa. Como el hombre carece de antecedentes penales no tendría que ingresar. Además, la conformidad evita tener que resolver esta causa con un jurado, que es el procedimiento previsto para este tipo de delitos.

Según la versión de los hechos que reproduce el ministerio público en su escrito de calificación, la mañana del 31 de julio de 2017 el acusado viajaba como ocupante de una furgoneta Mercedes, conducida por otra persona, por la autovía A-75, que conecta la A-52 con la frontera de Portugal. Sobre las 10.30 horas, agentes de la Guardia Civil dieron el alto al vehículo a la altura del kilómetro 4, con el objetivo de llevar a cabo un control e inspección de transporte.

Los guardias comprobaron que el vehículo no circulaba correctamente. Detectaron diversas infracciones a la ley de ordenación de los transportes terrestres que totalizaban un total de 7.003 euros de sanción. Como el vehículo era de nacionalidad portuguesa, para que los ocupantes pudieran continuar el viaje era necesario que depositaran el importe de las denuncias, ya que en caso contrario la furgoneta debería quedar inmovilizada.

Ante esta situación, el acusado pensó que podría solucionarlo con un soborno. Colocó en la mano de un agente un billete de 100 euros, diciéndole que lo cogiera y que a cambio no los denunciara y los dejara seguir. El guardia rechazó la proposición y recriminó el comportamiento del acusado, pero este insistió. Por segunda vez intentó que a cambio de los 100 euros les perdonara. Según la versión de la Fiscalía, añadió que no era la primera vez que hacía algo así y que se trataba del único policía que no aceptaba dinero para no poner denuncias.