J. P. F., con "múltiples" antecedentes policiales por delitos contra la libertad sexual, está desde este martes en prisión provisional, en el centro penitenciario de Pereiro de Aguiar, como presunto autor de una agresión sexual a una mujer de 85 años de Verín, en cuya casa se coló por la fuerza la madrugada del sábado al domingo. Según la víctima, la golpeó, le tocó los pechos e intentó bajarle el pantalón. La octogenaria también asegura que el individuo, de 59 años, es el mismo que la sigue desde este pasado verano cuando la ve por la calle o cuando va a hacer sus compras al mercado. No había denunciado por miedo. El juez de Instrucción 2 de Verín, Francisco José Lora, califica inicialmente los hechos como un delito de agresión sexual, que podría catalogarse en el tipo de víctima especialmente vulnerable, por la edad. Además ve indicios de allanamiento de morada y de acoso.

Tras la denuncia de la mujer, el presunto atacante fue detenido por la Guardia Civil y pasó a disposición judicial el martes 14 de enero. La autoridad dictó prisión provisional comunicada y sin fianza. Además, hasta que la causa se resuelva no podrá contactar ni aproximarse a la víctima a menos de 300 metros.

Presuntamente, sobre las 3.45 horas de la madrugada del sábado al domingo 12 de enero, el investigado accedió empleando la fuerza a la casa de la víctima, en Verín, donde se encontraba durmiendo. Se despertó al notar golpes en la puerta secundaria de la vivienda, que va a dar a una bodega; creyó que se trataba del viento pero el asaltante forcejeando para entrar.

El juez contempla dos posibilidades sobre cómo se produjo el allanamiento. En primer lugar, no descarta que los golpes que el sospechoso propinó a la puerta hubieran hecho que la llave colocada desde el interior cayera al suelo. La otra hipótesis es que el hombre introdujera una mano por la ventana pequeña con reja incorporada que tiene la puerta -una ventana que se habría abierto con los golpes propinados- y que la abriese desde el exterior utilizando la llave colocada en la puerta, y cayendo después esta llave al suelo.

El interior de la vivienda, en mitad de la madrugada, estaba oscuro. Según el auto de prisión del juez, el presunto agresor sexual utilizó una linterna para desplazarse por el domicilio. En la segunda planta de la casa, el asaltante se encontró con la octogenaria. Presuntamente se abalanzó sobre ella, la sujetó fuertemente por el hombro y el brazo, y la arrojó al suelo. Después le dio puñetazos y le tocó los pechos. Según la víctima, el investigado también metió la mano por la parte trasera del pantalón con la intención de bajárselos. La mujer aprovechó para levantarse y gritar pidiendo auxilio.

Le vio la cara y lo identifica

Cuando la octogenaria requirió ayuda, el investigado se valió de la linterna para salir a la calle y emprender la huida. El juez destaca que la denunciante "reconoció perfectamente" al detenido como la persona que irrumpió en su casa, ya que tenía la cara al descubierto. La autoridad considera que los hechos denunciados por la víctima "resultan acreditados a través del atestado y de la declaración de la denunciante, prestada en sede policial y judicial, siendo la misma consistente y sin contradicción de ningún tipo".

La medida de prisión provisional acordada por el juez fue solicitada por la Fiscalía, con la adhesión del abogado de la víctima. La defensa se oponía, proponiendo como medida cautelar la imposición de una orden de alejamiento.

El juez ve justificada la prisión provisional "para poder evitar la reiteración de hechos similares, evitar el riesgo de fuga y proteger a la víctima del delito y a otras personas ante una posible reiteración delictiva". Porque al investigado, según refleja el auto de Instrucción 2 de Verín, "le constan múltiples antecedentes policiales de delitos contra la libertad e indemnidad sexual, acoso y contra la libertad de las personas".

Riesgo "extremo" de reincidir

En el mismo juzgado de Verín se abrió contra él una causa por un delito continuado de abusos sexuales, acoso, lesiones y delito continuado de amenazas contra una víctima diferente. El juez reitera que "la prisión provisional se encuentra justificada y se adopta con el fin de evitar la reiteración delictiva y la protección jurídica de la víctima, pues tal y como ha declarado en sede judicial se sintió acosada por el investigado desde verano de 2019". Considera que la medida "es proporcionada a la gravedad de los hechos, teniendo en cuenta las horas y los medios con los que el investigado accedió a la vivienda".

La autoridad afirma que "el riesgo de que el investigado vuelva a atentar contra la denunciante u otras personas puede verse que es extremo, máxime cuando no es la primera vez que realiza actos como el de las presentes diligencias".

Dijo que no quería agredirla

En la comparencia como detenido en el juzgado, el investigado dijo que no tenía intención de agredir a la mujer puesto que iba con la cara sin cubrir, "lo que implica un reconocimiento de los hechos, a pesar de que previamente en su declaración judicial se limitó a negar todos los hechos", contrasta el juez, que aprecia un posible riesgo de fuga del investigado por la gravedad de las penas que afrontará. Al ser la víctima de edad avanzada, por la agresión sexual puede enfrentarse a 10 años de cárcel, más el castigo por el acoso y el allanamiento. "Ante una previsión de unas penas tan elevadas, el instinto humano tiende a eludir", concluye la autoridad.