Apuesta por la humanización de los servicios, acercándolos a los ciudadanos, como el mejor antídoto para la Galicia vaciada. Pese a que mantiene su puesto asegurado, el jefe de ginecología de Verín reconoce que ya lo han llamado para dar explicaciones en Ourense, después de decidir en el plazo de un mes que dos madres debían dar a luz en el Hospital Comarcal, ante el peligro de que el parto se produjera en el camino.
-¿Cuántos niños residen en la comarca de Monterrei?
-Cerca de 3.000 niños.
-¿Cuáles son los puntos más distantes?
-Los que atendemos de la Alta Sanabria, del norte de la provincia de Zamora, que se encuentran a 160 kilómetro de la capital de la provincia a la que pertenecen y a 130 kilómetros de la ciudad de Ourense. Y dentro de esta provincia, las localidades de A Mezquita y Chaguazoso están a 115 kilómetros de Ourense. Eso en tiempo, para tener disponible una ambulancia con el personal que necesita y realizar el traslado, puede requerir más de hora y media.
-Después de que el Sergas decidiera cerrar el paritorio, ya se han producido dos nacimientos en el Hospital de Verín en el plazo de un mes, porque las madres llegaron con un alto grado de dilatación. ¿Eso se puede repetir?
-Pese al cierre del paritorio, van a nacer en Verín unos veinte niños por cesarías urgentes, debido a pérdida de bienestar fetal, y de cuatro a seis por las madres que vienen con mucha dilatación. Pueden sumar de 24 a 26 casos al año.
-¿Cuáles son los riesgos reales que hay?
-Cuando se produce un sufrimiento fetal agudo, el niño está pidiendo auxilio: pide que lo saques a gritos, al encontrarse en estado agonizante, dentro de la tripa. Eso hay que resolverlo urgentísimamente, sino el niño se muere. Además, a nosotros nos puede llegar tarde al Hospital de Verín, imagínate lo que puede pasar si tiene que ir a Ourense. Hay cosas que hay que resolverlas. De hecho, a nosotros, más pronto o más tarde, nos va a pasar que llegue una señora, a la que le hagamos una monitorización del bebé y detectemos que tiene un problema en la tripa, por lo que tendremos que sacarlo. En esos casos, si tardas diez minutos, probablemente sacas un niño con secuelas y si tardas quince sacas un niño muerto. Y las hemorragias obstétricas son una emergencia tremenda, que hay que resolverla en el momento, porque sino en diez minutos la señora se muere. Eso sangra como un grifo abierto. En cinco o diez minutos, pierde tres litros de sangre.
-Le han mandado un protocolo de actuación.
-El protocolo no contempla ninguna de esas posibilidades. Contempla la hemorragia moderada grave. Dice que se meta en una ambulancia con plasma o sangre y se derive al CHUO. Nos han dado un protocolo, como si esto fuera un centro de salud, el 061 o para alguien que encuentra a un paciente en la calle. No es adecuado para un hospital.
-¿A qué se debe eso?
-Hay una intencionalidad clara. Desde hace tiempo, a este hospital se le está dejando morir, se está envenenando la situación, para proceder a su cierre en el futuro. Aquí no funciona el bloque quirúrgico, por falta de anestesistas, de cirujanos o de traumatólogos. Siempre falta algo. Y a nadie le ha preocupado. Pero el bloque quirúrgico está teniendo unos datos, que dentro de poco van a decir que en la zona de Verín no hay actividad quirúrgica. Hay que cerrar el servicio.
-¿Quién atiende los 3.000 niños que hay en la comarca de Verín y su entorno?
-Los atienden tres pediatras de Atención Primaria, pero desde las tres de la tarde, hasta las ocho de la mañana no hay ningún pediatra para atender una urgencia. Hay algún pediatra que hace guardia de medicina general, pero la hace el día que le toca.
