En la noche más mágica para los pequeños y para quienes un día lo fueron o no han dejado de serlo, los Reyes Magos recorrieron Ourense junto a 26 agrupaciones. Las calles por las que transitó la cabalgata se llenaron. Se mejoró el vallado, separando físicamente las zonas del público del espacio del desfile. Agentes de la Policía Nacional y Policía Local más la Protección Civil velaron por la seguridad. Durante el recorrido, desde la Avenida de las Caldas hasta la Plaza Mayor, se repartieron 3 toneladas de caramelos del Concello más la cantidad que donaron otras entidades. Después de ver a las majestades y compartirlos últimos deseos -sus rostros de ilusión, el mejor regalo- hoy es el día de compartir los obsequios así como mesa y mantel en el último menú navideño, con un aliciente especial: el roscón. Ayer había largas colas en varias confiterías para recoger encargos.

La cabalgata partió a las 18 horas de la confluencia de Avenida de las Caldas y Avenida de Marín, junto a una estación en obras para la llegada del AVE, que será en el futuro -ya menos lejano- el medio de transporte de las majestades. Trescientas personas de 26 carrozas participaron activamente con la figuración, acompañando con música y colorido el paso de las majestades de Oriente. El desfile por la Avenida de las Caldas, el Puente Romano, la calle del Progreso y la Plaza Mayor sirvió para narrar en movimiento la historia del viaje por el mundo de Melchor, Gaspar y Baltasar hasta llegar a la ciudad de Ourense.

Los animales que fueron encontrando en su periplo fueron representados ayer en la cabalgata, con imágenes oníricas y técnicas de construcción escenográfica. Por la ciudad de Ourense pasaron especies de otras latitudes, como osos polares, cebras, cisnes y flamencos. El objetivo del Concello era acercar el mundo animal a través de una manera sana, ecológica y respetuosa con el medio ambiente. El servicio de limpieza empezó a recoger tras el paso de la cabalgata.