Se llama picudo rojo, no supera en su fase adulta los 5 centímetros de largo, pero este insecto "sin papeles", que llegó hace algo más de dos décadas desde Asia -como "polizón" en los containers comerciales no controlados que, junto con sus mercancías para la venta trasladan en ocasiones larvas de especies invasoras para la fauna y flora del país del destino- se repartió por toda la península. Su debilidad son las palmeras y desde hace algo más de un año está acabando con los ejemplares de esta especie que adornan la ciudad.

Algunas de esas palmeras afectadas son además patrimonio arbóreo de Ourense, por su porte y por su ubicación en el entorno termal de las fuentes de As Burgas, convirtiéndose en un referente más del entorno. También se vieron afectadas las que flanquean la entrada principal al Obispado, cuya fachada no se concibe ya sin estos ejemplares.

Tratamiento fitosanitario

El Concello había iniciado a principios de año un tratamiento en fases, tras una denuncia de DO, al comprobar que este insecto estaba devorando también las palmeras de Ourense, y en concreto las del entorno de As Burgas. Se introdujo una sustancia nutritiva y fitosanitaria directamente en el tronco para atacar a una plaga que trabaja y corroe el árbol desde el interior. Ese proceso tenía como objeto contribuir a una revitalización de los árboles y activar sus defensas. Pero en algunos casos ha sido ya insalvables.

La larvas de esta especie perforan galerías de más de un metro de longitud en el interior de los troncos de sus plantas hospedantes que son el cocotero (cocos nucifera) y otras palmeras, en especial las del género Phoenix y la palmera de Guinea.

Cuando se ven afectadas por la plaga, esos árboles sufren amarilleamiento y marchitamiento, produciéndose la muerte del pie afectado. Si bien una de las causas se dice que es el trasiego de palmeras de jardinería, cuya plantación extiende el problema, el "polizón" invasor, esa picuda roja, que es un tipo de escarabajo, es uno de los pasajeros no deseados de ese llamado transporte comercial antrópico, cuyo contenido no se controla sanitariamente.