"No podemos competir ni con los horarios 24 horas ni con las promociones de algunas grandes marcas, lo que nos queda es seguir luchando para ofrecer algo distinto y de máxima calidad o el comercio local se extingue", señala Beatriz Gómez Valcárcel, presidenta de la Federación Provincial de Comercio de Ourense.

Los últimos datos dan escalofríos. En el último lustro la provincia ha perdido 741 de establecimientos del comercio local, es decir una media de casi un comercio menos cada dos días, de empresarios de la ciudad. Esto ha ocurrido de noviembre de 2014 a noviembre de 2019, lo que rebaja el número de negocios del pequeño comercio local l de 6.305 en toda la provincia, a 5.565. Esto se traduce en una caída de 11,7% de comercios de emprendedores de Ourense, que cerraron sus puertas.

Es sin duda el más alto Galicia en porcentaje de cierres de comercios de capital local, sustento de familias y empleados que han tenido que reinventarse laboralmente. De hecho la media de Galicia fue de un -7,3% de cierres en el mismo periodo, cuatro puntos por debajo que Ourense.

"Tememos que tras la Navidad los cierres van ser aún más s, y de hecho en el ámbito gallego en estos cinco años fueron 3.900 establecimientos menos en cinco años. Esto es imparable", explica Beatriz Gómez.

Entiende que tienen que trabajar a través de un trato diferenciado, la calidad y el compromiso de los ourensanos en el apoyo a sus comercio, para u frenar una situación que deja también miles de personas en la calle. "Hay que empezar a cobrar impuestos a esas plataformas de compra online, que venden las 24 hora del día, que no gastan en empleados, y que permiten al usuario comprar desde casa", insiste.

La emprendedora local y miembro de la asociación de autónomos Aupa, Camila Rodríguez, subraya que las condiciones impositivas, con un seguro para autónomos que supera los 300 euros al mes, y los alquileres, que arrancan ya en los 1.000 euros para locales más baratos, pese a ser Ourense una ciudad sin salida laboral, y con ciertos de locales cerrados, son otros de los problemas que hay que solucionar, "pero desde arriba, desde las instituciones". Indica Camila que "conocemos incluso a personas que siguen trabajando en comercios que no producen, pero el local es suyo y tratan de aguantar para cotizar y llegar a cobrar su pensión".