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El ajedrez en el que todos ganan se juega en Mende

El CPI José García utiliza esta materia de libre configuración como herramienta de inclusión para alumnos con diversidad funcional

Profesor y alumnos en la clase de ajedrez de 2º de ESO, en el CPI José García, de Mende. // Iñaki Osorio

A Iliá le gusta pensar que en cualquier rincón del mundo podría disputar una partida de ajedrez sin necesidad de conocer el idioma de su contrincante. Aunque hay diferentes teorías sobre el origen de este deporte, él defiende que lo inventaron los persas y que los árabes se encargaron de difundirlo por Europa. "Ahora está en todo el mundo y sabes que a cualquier lugar al que vayas vas a oír la palabra ajedrez en diferentes idiomas", apunta. Le encanta la historia que hay detrás de un tablero de blancas y negras y defiende que "los rusos son los mejores".

Iliá es uno de los alumnos con necesidades especiales del CPI José García de Mende que se ha sumado al proyecto de ajedrez inclusivo que impulsa el profesor José Luis Diéguez. El ajedrez es una de las materias de libre configuración que oferta este centro, único en Ourense que incluye esta optativa en Secundaria, y uno de los tres en toda la provincia. Esto lo reivindica a favor del instituto Javi, otro alumno con diversidad funcional que se ha apuntado a ajedrez y que hace unos días se subía al podio como ganador del Torneo de Nadal del CEIP Ben-Cho-Shey en la categoría de ajedrez inclusivo.

"Aprovechando las ventajas que ofrece la materia para la inclusión integramos a estos alumnos con dos finalidades: desarrollar procesos cognitivos básicos y favorecer la integración", explica el docente. El CPI José García tiene asignada una unidad de educación especial y entre sus más de 300 alumnos, 20 son menores con diversidad funcional. "Si la integración en el aula es buena, se va a generalizar en el patio", defiende el profesor de ajedrez. Por ello ha tratado de convencer a estos estudiantes para que se sumen al aula de ajedrez sin necesidad de estar matriculados en la materia. "

Pero el trabajo tiene doble dirección ya que además de integrar a los alumnos con necesidades especiales en el grupo y facilitar que el resto del alumnado los conozca y entable relación con ellos, estos, a su vez desarrollan la empatía. "El ajedrez es bueno para todos porque es una actividad lúdica y fácil; buscamos que todos jueguen con todos y hacemos trabajo grupal para que aprendan que la diversidad humana es muy amplia y que no todos tenemos las mismas cualidades", explica Diéguez.

Iliá nunca le había visto interés a este juego y se animó a probar: "Me está costando lo mío, pero con un poco de dedicación y esfuerzo ya sale; con el ajedrez aprendo táctica y me gusta adelantarme a los pasos del contrario. No me importa perder y me gusta dar la mano al compañero antes de empezar la partida y desear que sea una batalla amistosa". A Javi, en cambio, lo que le gusta, "es hacer jaque mate", lo cual consigue bastantes veces. Pero también relacionarse con otros compañeros y ampliar su círculo de amigos. Adrián descubrió el ajedrez este año y le encanta aunque dice, "por ahora siempre pierdo". Yago es otro asiduo de estas clases en las que el jaque no es al rey, sino a la exclusión.

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