Un nuevo caso de presunto abuso sexual a menores por parte de un sacerdote ha salpicado a la Diócesis de Ourense. Son tres en el último año y el obispo, Leonardo Lemos Montanet, manifestó ayer en nombre de la comunidad pastoral su "firme condena y repulsa" ante cualquier comportamiento que atente contra la integridad física y moral de los menores. En esta ocasión, el Juzgado de Ribadavia ha pedido a las partes que se pronuncien a objeto de abrir juicio oral contra un cura con oficio en varias parroquias del municipio de Avión, como presunto autor de un delito de abuso sexual a un menor.

Los hechos ocurrieron en 2006, cuando la presunta víctima tenía 10 años y realizaba cursos de catequesis para la celebración de la primera comunión. Tuvo que pasar más de una década para que aquel pequeño, ya en edad adulta, se atreviese a contar lo que había ocurrido y poner los hechos en conocimiento de las autoridades. Las actuaciones judiciales arrancaron en 2017 y en aquel momento, explica la Diócesis ourensana, "se procedió a apartar cautelarmente del ejercicio público del ministerio pastoral a este sacerdote". El párroco, de 47 años, se ocupa desde hace más de quince años de varias parroquias en el término municipal de Avión.

Paralelamente al proceso que instruyó el Juzgado de Ribadavia y que ahora va camino de la apertura de juicio oral, la Iglesia inició el correspondiente proceso de investigación canónica que concluyó "sin que apareciesen indicios sólidos en su contra".

Teniendo en cuenta "el apoyo y la solicitud de los fieles por el sacerdote", explica la Diócesis a través de un comunicado, se optó por reintegrarlo de nuevo a su labor pastoral, aunque con ciertas restricciones.

La vía judicial, en cambio se ha mantenido abierta y el Juzgado de Ribadavia, considerando que existen indicios de delito, ha pedido al Ministerio Fiscal que presente escrito de acusación. Por su parte, la defensa ha presentado recurso contra este auto, que deberá ser resuelto por la instancia superior antes de continuar con el procedimiento.

Nueva medida cautelar

A la vista de la evolución que han experimentado las actuaciones judiciales, el obispo de Ourense ha seguido los protocolos vigentes de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal Española, y acordó de nuevo apartar de forma cautelar al párroco del ejercicio público del ministerio sacerdotal.

Este procedimiento se regula así, explica la Diócesis, "con el fin de evitar el escándalo, defender la libertad de los testigos y garantizar el curso de la justicia, mientras el procedimiento judicial no concluya". Quedando claro desde el primer momento, matiza el comunicado, "que esta investigación no debe poner en peligro la buena fama de este sacerdote".

Tras destaparse otros dos casos durante el último año, uno en la parroquia de Seixalbo y otro en Allariz conocido la pasada semana, la Diócesis reitera, "dentro del respeto al derecho a la presunción de inocencia", su colaboración con la justicia, y lamenta "el posible daño causado a la víctima y a su familia".

Por parte del obispo y de todas las personas que trabajan en los distintos ámbitos de la pastoral diocesana, concluye el comunicado, "manifestamos nuestra firme condena y repulsa de cualquier tipo de comportamiento que atente contra la integridad física y moral de los menores y de las personas vulnerables, promoviendo la tolerancia cero con este tipo de actuaciones e impulsando las medidas necesarias de prevención y actuación".