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Comuneros de A Limia y "baldíos" de Portugal apuestan por "sacarle rentabilidad al monte"

La CCMM de Río Caldo-Xurés se reunió con sus convecinos y coinciden en pedir a la administración compensaciones por las limitaciones que padecen

Un incendio en montes del Parque Natural del Xurés. // FdV

La Comunidad de Montes en Man Común de Río Caldo-Xurés, en A Baixa Limia, ha mantenido un primer contacto con los "baldíos" de Portugal, ya que ambas comunidades apuestan por sacarle rentabilidad a los montes que redunde en la creación de puestos de trabajo e incluso atractivo turístico.

En la parte española estos montes están catalogados en la figura de parque natural mientras que en la lusa es parque nacional por lo que ésta última tiene más restricciones. A pesar de ellas, se quiere sacar rentabilidad a estas tierras no solo a nivel económico sino también de creación de puestos de trabajo. En esta línea, ambas entidades mantuvieron recientemente un primer encuentro.

Desde la comunidad de montes de Río Caldo-Xurés su presidente, Domingo Rodríguez, apunta que de este territorio se está sacando unas 5.000 toneladas de madera y "no tenemos un precio bueno, en subasta es muy bajo". De la madera no conveniada dentro del Plan de Prevención de Incendios dice se les paga a 26 euros la tonelada pero "tuvimos subastas a 5 y 8 euros la tonelada". Explica que el precio tan bajo de la madera "solo nos aporta un dinero que tenemos que revertir en el monte y no nos aporta nada a la comunidad". Pero en cambio si hubieran aserraderos, fábrica de aglomerados, y salieran planchas de aglomerado "se generaría empleo y riqueza". De la madera quemada el 100% de lo recaudado tienen que revertirlo al monte y de la madera verde el 60%.

Critica que "tenemos el monte y nos llevan la madera a precios bajos y no nos queda más que un dinero que revertimos en el monte", y luego a mayores "tenemos que esperar 20, 30 o 40 años para tener un pino más grande y en ese tiempo no hay actividad".

De esta realidad apunta que se habló en esta primera reunión transfronteriza, ya que en Portugal "tienen el mismo problema".

Señala que las "externalizaciones positivas ", que son los beneficios que aportan los bosques a la sociedad, no llegan a los comuneros. Explica que en la CCMM de Río Caldo "nosotros tenemos unas 5.000 hectáreas y el CO2 que genera beneficia a la gente", y de esas externalizaciones "no revierte nada en nosotros", y por encima "tenemos limitaciones" ya que no pueden montar parques eólicos o explotaciones mineras, por ejemplo.

Proponen darle "la vuelta a la madera" y crear empresas de transformación y que se venda como producto terminado para así crear riqueza y empleo. También proponen hacer un estudio a través de cooperativas para ver qué se puede plantar a mayores (setas, olivos, miel,....) ya que los sabios antepasados sabían, por ejemplo, que las castañas no se daban en zonas soleadas.

Señala que ahora con la ayuda de drones se puede saber qué tierras son buenas para setas, olivos, y otras plantaciones. Y con todo ello observa también se contribuye a hacer estas tierras más atractivas a nivel turístico. Pone de ejemplo que en el valle del Jerte, en Extremadura, hay extensiones de terreno plantadas de cerezos y cuando florean son un gran atractivo por su belleza.

Asegura Rodríguez que el monte "es mejorable", que puede ser más atractivo y productivo, y es necesario ver la forma de obtener compensaciones por parte de las Administraciones "ante las limitaciones que tenemos".

Se trata de la misma inquietud que tienen los comuneros lusos. Pero en ese lado de la frontera apunta Rodríguez que hay profesores de universidades que hicieron un estudio avanzado de los perjuicios que suponen esas limitaciones de las figuras de parque natural y nacional para la población y que se cuantificaron.

Indica que una vez constituida la Mancomunidad de comunidades de montes en esta zona de la Baixa Limia, cuya tramitación está muy avanzada, se reunirán los presidentes de las asociaciones de "baldíos" y los de las comunidades integradas en dicha mancomunidad para "establecer una hoja de ruta para sacar otras posibilidades al monte en cultivos y mejorar el turismo, y plantear a la Administración la necesidad de recibir alguna compensación, nunca de dinero sino de inversiones que generen empleo".

Propone, por ejemplo, una central de biomasa, teniendo en cuenta que una vez constituida esta Mancomunidad se contará con unas 21.000 hectáreas de monte, siendo material orgánico suficiente para ello. Dice que los vecinos tienen que tener los montes limpios para evitar incendios y "si gastamos 100 y recuperamos 75 en energía solar solo gastamos 25, pero si no recuperamos nada gastamos 100". Pide actividades subvencionadas que generen empleo y minimicen el gasto. Así, a esta primera reunión entre comuneros lusos y de la Baixa Limia seguirá una segunda.

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