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Casi 800 firmas contra el botellón y el ruido en el casco histórico

Vecinos dicen que el Samaín causó "un efecto llamada que derivó en un enorme botellón"

Una multitud en la calle, en el entorno de Carmelitas. // FdV

La asociación vecinal O Cimborrio, que representa a residentes en el casco histórico -declarada hace 17 años como zona acústicamente saturada-, ha reunido 772 firmas que apoyan un escrito de protesta ante el Concello de Ourense. Reclaman que en la celebración de futuros eventos como el Magosto, "se organice un plan de seguridad, coordinando a las policías Nacional, Autonómica y Local para evitar la aparición de botellones y ruidos en las calles, minimizando el impacto de estas actividades sobre el descanso del vecindario".

Con una fotografía de una multitud en el entorno de Carmelitas, los residentes ilustran las aglomeraciones que se registran al pie de las viviendas muchas noches de fines de semana y festivos. La asociación llama la atención sobre lo ocurrido la noche de Samaín, en las fechas previas al Magosto. "La madrugada del 31 de octubre al 1 de noviembre de 2019, se produjo en el casco histórico de Ourense una acumulación de personas consumiendo alcohol fuera de los locales, gritando, vociferando y cantando, lo que alteró al vecindario, impidiéndoles conciliar el sueño. A nuestro entender, esta fiesta generó un efecto llamada que derivó en un enorme botellón por toda la zona monumental". Afirman que "pese a las reiteradas llamadas a la Policía Local, el botellón continuó toda la noche hasta la llegada de los servicios de limpieza a las 7 horas".

O Cimborrio recuerda al Concello que le compete el control de la contaminación acústica y esgrime que la ordenanza municipal sobre protección contra ruidos y vibraciones prevé sanciones de entre 60 y 1.500 euros.

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