Urbano García sale a su jardín a medirse la glucosa que tiene en sangre. Lo hace después de comer y su nivel marca 213. "Está alto", explica. Su mujer lo corrobora con una sonrisa de complicidad. "Me tomé siete castañas de postre y eso me lo dispara, pero ahora toca zapatilla para quemarlo". Se ríe con la naturalidad de llevar 12 años con diabetes tipo 2. La patología la descubrió por "sudores, mareos y mucho cansancio" durante y después del trabajo. Decidió hacerse una analítica para determinar qué le pasaba y el médico fue claro: "Tiene diabetes". Su padre la padecía y él ya conocía como era la enfermedad. El diagnóstico no le pillo por sorpresa, aunque si con cierta resignación.

Al principio la receta era una dieta. Racionalizar los carbohidratos y "comer más verdura, había que dejar la pasta, el arroz o las patatas". Sin embargo, después, fueron las pastillas y ahora alterna las pastillas con diferentes dosis de insulina.

La "diabetes tipo 3"

Su mujer es "diabetes tipo 3". Es un concepto que acuñaron las asociaciones para identificar a las personas que ayudan en el día a día a los enfermos de diabetes. Urbano García aclara con retranca que "alguna bronca me tiene caído por alguna comida".

Uno de los alimentos que hay que reducir es el pan: "Yo antes comía con el pan y algo más, porque es algo que me sabe mucho y aquí tenemos muy buen pan. Pero claro ahora como mucho menos pan".

La variación de la comida disminuyó los carbohidratos para pasar a las verduras y al pescado. "Hay mucho qué comer sin que sea carbohidratos. Ensalada, pescado... los diabéticos podemos comer de todo, y yo como de todo, pero siempre con moderación". Hay algo que es esencial: "Mi vasito de vino nunca me falta, beber agua bebo, pero en la comida siempre bebo vino eso no se toca". Con el alcohol, "hay que tener control, tampoco hay que emborracharse, hay que tener un control de la glucosa".

A dar "zapatilla"

Los médicos recomiendan hacer ejercicio físico para regular los niveles de glucosa en sangre. Urbano no es ajeno a esa receta y sale a caminar de forma habitual. Aunque "últimamente no, porque ahora se hace de noche y no funciona el alumbrado del río Miño por la zona de Oira". Una reivindicación para que se "arregle cuanto antes, para volver a andar una hora u hora y media para hacer unas veces una ruta y otras veces alguna diferente". Hicieron el Camino de Santiago en cinco etapas, "sentí un bajón en una etapa, pero tomé un poco de fruta y ya me sentí bien". Tiene que mirarse la glucosa tres veces cuando sale a caminar y dice que la Seguridad Social debería "dar más tiritas, porque nos dan 50 para seis meses y eso no nos llega, sobre todo a los que caminos con normalidad".

Sin embargo, con la Asociación Diabética Auria sale a hacer andainas de forma regular visibilizando la enfermedad. "Me hice socio de la Asociación hace dos o tres años cuando escuché una charla de ellos, sobre la diabetes. Según acabó me hice socio".

La Asociación tiene preparada una carpa informativa hoy en la calle Paseo y Urbano acudirá como voluntario para ayudar "en lo que haga falta y si alguien se acerca a hablar con nosotros, pues genial".