Nerea enumera las colonias de gatos que hay en cada barrio: "En Covadonga hay dos, en Oira, en Barrocanes, en Santa Teresita... y hay barrios en los que no hay, porque no podemos llegar a todas partes, somos los que somos. Somos doce personas y tenemos asignadas nuestras colonias y además tenemos personas de confianza que se acercan a atender y cuidar algunas colonias. Pero es mucho trabajo".

La organización de los horarios parte de cada voluntario: "Cada uno tiene su trabajo, así que cada uno distribuye sus funciones como puede. Actualmente hay una voluntaria que gestiona esta colonia y ella sabe que tiene que venir un día si y un día no".

Tras el último evento que celebraron en el Gadis de la Avenida de Portugal, varios voluntarios se han sumado a participar y colaborar: "Vienen a darles de comer, de beber, limpian la zona, controlan que todo esté bien".Su trabajo silencioso se difunde de forma exponencial por las redes sociales donde tienen un vehículo de comunicación directa con potenciales adoptadores o voluntarios. Para ello, explica que "gestionar una colonia conlleva una serie de responsabilidades. Hay que saber cómo montarla, cómo cuidarla y cómo reaccionar ante las posibles circunstancias que se generen".

Nerea es la vicepresidenta porque tiene que figurar un nombre en la directiva según los estatutos. Promociona los productos de la asociación desde una camiseta a una sudadera para despertar el interés y la conciencia anima. Desvela que están preparando un evento para acercar la labor que hacen y visibilizarla para que conozcan la problemática de los abandonos de gatos por las calles de Ourense o tenerlos sin esterilizar. Antes de marchar, les echa otro vistazo y mira si tienen alguna necesidad. La oscuridad llama a más gatos y la calle se vuelve silenciosa. Solamente quedan los maullidos esporádicos y el ronrroneo constante.