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Conde transforma el feísmo en algo hermoso

Presenta instalaciones sobre "Susana y los ancianos", "El artista enamorado de su obra", "El fanfarrón"y "El poder"

Ramón Conde, junto a una de sus instalaciones. // Brais Lorenzo

Ramón Conde es el escultor que ha logrado transformar el feísmo de sus tradicionales gordos y gordas, casi deformes, que puso en circulación hace cuarenta años, cuando la obesidad no constituía todavía una seria enfermedad entre la población como ocurre en estos momentos, en algo bello, al presentarlos como "soliloquios" a seres que cuentan con alma y personalidad diferenciada, pero que se relacionan con los demás, se socializan, muestran sensibilidad, sufren...

Curiosamente, existe un gran contraste entre el artista ourensano y su obra. Ramón Conde se levanta todos los días a las ocho de la mañana en Milladoiro, donde tiene su taller, para correr unos quince kilómetros por el monte -por lo que mantiene una línea envidiable-, antes de ponerse a trabajar, siempre fiel a su estilo y su línea, como creador de un universo de gordos y gordas en el que reina desde que abandonó los tradicionales cristos y relieves que hacía en su primera etapa artística, a mediados de los años setenta, en un bajo de la avenida de Buenos Aires de Ourense.

Conde sorprende una vez más, al presentar en el Centro Cultural Marcos Valcárcel instalaciones o grupos de esculturas, en torno a cuatro temas: "Susana y los ancianos", pero con tallas XXL, en grado superlativo; la escena del artista que se enamora de su obra, muy parecida a su gorda original con la que sorprendió a la sociedad gallega en los años ochenta; "El Fanfarrón", donde un hombre habla muy seguro de si mismo, ante las sonrisas y muecas de la gente que lo rodea; y sobre la constitución del poder, donde una especie de jefe o de sargento, que seguramente tiene menos atributos y sabiduría que los varones que lo rodean, se dedica a dar órdenes, que los demás tendrán que cumplir al pie de la letra. Pero también tiene personajes individuales, casi deformes por su gordura, bajo los títulos "La despensa", "Catedral gótica" y "Escultura barroca".

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