-¿Qué papel juegan las políticas lingüísticas en el debate independentista?

-La última encuesta del Instituto Galego de Estadística dice que cada vez se habla menos el gallego, sobre todo los jóvenes.

-Es lo que se percibe desde fuera, una lengua hablada sobre todo en el rural y mucha gente mayor, que va desapareciendo.

-¿Pone esto en riesgo la supervivencia del idioma?

-Sí, pero hay que mirar la cercanía con el portugués, que abre una ventana de oportunidades muy importante. No sé hasta que punto se está aprovechando en Galicia esta cercanía, pero si no lo está haciendo es un error, porque sin duda es una solución muy interesante que no tienen ni Cataluña ni el País Vasco. Es una gran oportunidad para Galicia.

-El gallego se enseña en la escuela y los jóvenes lo conocen pero no lo hablan. ¿Qué hay que hacer para que lo amen y lo usen?

-En Quebec, en 1976, antes de la ley de Defensa de la Lengua, solo el 15% querían ira a una escuela en francés, ahora es el 90%. También es importante tener referentes. En Operación Triunfo una de las concursantes cantó en gallego y eso es una demostración muy interesante para que el gallego se valore. Hacen falta señas, líderes, deportistas que lo hablen y que se exija en trabajos de alta cualificación.