Amparo González habla siempre en plural, no deja de enfatizar la importancia de la intervención de un equipo profesional. La integrante de la unidad de Salud Mental del CHUO explicó las actuaciones que realizan en la prevención de la conducta suicida en el Día de la Salud Mental 2019, bajo el lema "Engánchate á vida".

-¿Todos somos vulnerables estas situaciones o ideas?

-Es un problema del que todos somos susceptibles de tener, depende de la situación vital de cada uno. El suicicio es el consumo de una idea que arrastra una conducta previa.

-¿Se puede prevenir esa idea?

-Sí, si vemos por ejemplo que hay cambios bruscos de comportamiento o la persona se refugia en las drogas, el alcohol. Cuando se duerme mal es una señal de alerta importantísima, si se deja de salir o se aisla de conocidos dan muchas pistas. O por ejemplo si no se disfruta de lo que se hacía también es un indicativo de que hay algo.

-¿Se genera empatía con los pacientes?.

-Hay historias que te dejan de piedra, muy muy duras, pero si no somos capaces de distanciarnos de la situación del paciente, no tenemos la capacidad de ayudarle. Hay que poder alejarse para servir de ayuda.

-¿Cómo es la intervención del equipo de Salud Mental?

-A nuestra consulta nos llegan personas con ideas de suicidio identificado por el médico de cabecera o por un intento consumado, derivado de Urgencias. A veces los médicos y las médicas tienen miedo a preguntar sobre si tienen conductas suicidas. Una vez llegan, se identifica la situación de forma individual y se responden muchas preguntas sobre dicha conducta.

-¿Se puede controlar estas ideas?

-El malestar puede aparecer en cualquier momento. A veces, no sabemos por qué, ni cómo y en el momento de autogestionar esa idea nos ponemos nerviosos, pero es momento de olvidar y salir a hacer otra actividad. Centrar el foco de la mente en otra cosa, por ejemplo salir a pasear o hablar con alguien.

-¿Hay una causa-efecto?

-No es cuestión de una causa-efecto, en la conducta suicida hay un 'principiante' y 'una gota que colmó el vaso'. Detrás de cada persona hay una historia, unos rasgos de carácer y un ambiente social y personal en el que ha crecido. Todo influye. A esa conducta se llega por problemas en conjunto, que llenan el vaso y no por algo en particular. Hay un poso grande que tenemos que ir restaurando.

-¿Hay un contacto continuo con el paciente?

-Sí claro, la consulta se adapta al paciente, incluso tenemos consultas telefónicas. Toda persona que sufre necesita cambiar algo para dejar de sentirse así.