En el bajo en el que antes había una jamonería, hoy pululan por el suelo restos restos de botellón, trapos y colchones, y en el local anexo que era hace apenas año y medio una coqueta tienda de arte y arreglos florales, se acumulan basuras y restos de muchas fiestas y personas que se han pasado "de la raya".
Son algunos de los daños ocasionados por la demora en la reforma de la plaza de abastos As Burgas, y el posterior traslado provisional de los comerciantes a la Alameda, para iniciar el edificio histórico, en un mercado del siglo XXI.
Pero la obra se retrasa, jalonada de problemas, y lo que era hace meses el reino de los placeros y sus viandas, ha pasado a convertirse en territorio okupa, punto de marginalidad e insalubridad, como ayer denunciaron la Asociación de Comerciantes de la Plaza, y vendedores del rianxo, que todavía siguen trabajando en las proximidades del edificio desalojado, y que deben enfrentarse cada mañana a la marginalidad y suciedad del entorno.
La Asociación de Comerciantes de la Plaza de Abastos ha enviado una nota de denuncia en la que advierte de que "se piratea luz con enganches ilegales con el consiguiente problema de seguridad que ello supone."
También denuncian la "insalubridad" en la zona, las peleas, así como fuegos en el interior de los antiguos locales de la plaza, llenos de colchones y mantas". El menudeo de droga, según la Asociación de Comerciantes de Empresarios, ha llegado también a la Alameda con quejas de las cafeterías y terrazas.
"Todo esto se debe en parte a la demora en el inicio de las obras de la plaza", señalan los comerciantes, por lo que piden un vallado perimetral del edificio ahora cerrado y presencia policial en la zona cada noche.
