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Etelvino Blanco, 23 años de sindicalismo

Anxo Rúas lo reconoce como "el actor principal; el rostro, el grito y la palabra"

Homenaje a Etelvino Blanco, con su hija al frente, la diputada socialista Noela. // Brais Lorenzo

La CIG procedió al descubrimiento de una placa, en la sala de reuniones dedicada a Etelvino Blanco -desempeñó el cargo de secretario comarcal de esta formación sindical durante 23 años en Ourense-, por lo que a partir de ahora llevará su hombre.

Entre los importantes costes personales que tuvo que afrontar Etelvino Blanco en los 23 años que permaneció al frente del sindicato, Anxo Pérez Carballo recuerda momentos tensos, como el recibimiento que les hizo el anterior alcalde de Pereiro de Aguiar, a base de disparos con dos escopetas de caza, para impedir que informaran a los trabajadores de su taller, durante una huelga del sector del metal. Su participación de un lanzamiento de huevos en el campus universitario, al entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, para reclamar mejor trato para esta ciudad, y la condena que sufrió por criticar a Benigno Moure, entre otras actuaciones.

Anxo Rúas recuerda que, en el año 1977, en Ourense "no había absolutamente nada. Tuvimos que partir de cero. Etelvino Blanco tenía en aquel momento 22 años y yo tenía 21". Durante el acto celebrado ayer, Rúas señaló: "Nosotros, que en aquel momento representábamos al Sindicato Obreiro Galego, habíamos conseguido llevar la huelga de la construcción en O Carballiño, después de arramplar con un piquete de más de cien compañeros de Ourense y paralizar la comarca. Fue allí, en la Casa Sindical de O Carballiño, en el transcurso de una asamblea, cuando vi levantarse por primera vez a un joven alto y rubio, que con la mano levantada preguntó: "¿Puedo hablar?". Era Etelvino Blanco. Pocos días después se afilió al sindicato".

Anxo Rúas recuerda que Etelvino "no solo participó en todo este proceso de laboriosa construcción de la CIG, Etelvino no solo fue uno de los pioneros, Etelvino en Ourense fue el actor principal y esencial. Etelvino fue el rostro, el grito y la palabra. Ya desde muy temprano, desde una época en la que la voz de los trabajadores ourensanos era mediocre y débil, este utópico recalcitrante, este espíritu indomable, titánico y solidario, esta conciencia insobornable, este luchador recio, tenaz y persistente, se enfrentó a bocajarro, sin descanso, y durante toda su vida, a los conflictos de la clase trabajadora".

Anxo Pérez Carballo reivindicó a Etelvino Blanco como "una figura imprescindible en la historia del sindicalismo y de la CIG en Ourense". Considera que el sindicalista desaparecido el día 11 de julio, dos años después de su jubilación, aportó a la CIG "un marchamo de personalidad importante, saber combinar la presión social, la lucha, con la capacidad de negociación y de entendimiento, por lo que ha ejercido el liderazgo sindical".

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