A José García (París, 1966) le han llamado el Resines francés. Hijo de padres carballiñeses que, como tantos miles, emigraron, siempre quiso ser actor. Le gustaba el teatro pero, por casualidad, acabó triunfando primero en la tele y después en el cine. Fue compañero de reparto de Jean-Paul Belmondo, Alain Delon, Isabelle Huppert o Marion Cotillard, y ha sido dirigido por cineastas como Costa-Gavras ("Arcadia", 2005), Jean-Jaques Annaud ("Su majestad Minor", 2007) o Regis Wagnier ("Plaga final", 2007). Hoy está en Ourense para recibir la Calpurnia de Honra Internacional, un reconocimiento del Ourense Film Festival, OUFF, a su trayectoria.
-¿Como es que no le conocemos en España?
-Bueno... Tengo fama en Francia porque tuve la suerte de trabajar con directores de mucho éxito y hacer películas que funcionaron muy bien en taquilla. Muchas vinieron aquí, pero la gente no se fija. En 2007 recibí el premio Chano Piñeiro y he trabajado para promover la coproducción con el cine aquí en Galicia y ser embajador del cine gallego en Francia. La gente me conoce a través de dos o tres películas que vienen, pero pasa como con los actores españoles en Francia, que tampoco son muy conocidos.
-Algún autógrafo le habrán pedido... al menos por su parecido con Iron Man (Robert Downey Jr.),-
-Ja ja. Sí, sí, y también en EEUU.
-Ha triunfado en Francia empezando, casi de casualidad, en un programa de televisión.
-Yo siempre quise ser actor, pero de teatro. Empecé muy joven en escuelas de arte dramático y fueron tiempos muy duros, durante unos 10 años estuve en el paro, trabajando con pequeñas compañías de teatro. Un día no podía más y fui a trabajar a la tele, de asistente. Acabé en un programa de humor en Canal +, con Antoine de Caunes, haciendo personajes. El dúo gustó y tuvimos una fama increíble. Después hice una película con 5 millones de entradas, a esta siguió otra, y otra...
-Ha dicho en diversas ocasiones que le gustaría trabajar en España. ¿Qué director le gustaría que le llamase?
-En España trabajé con Carlos Saura ("El 7º día", 2004) y fue un momento fantástico, me encantó trabajar con él. También con Miguel Curtois ("GAL", 2006), que es el director de "El Lobo". Ojalá, me encantaría trabajar en España pero, no sé, hace años que intento hacer coproducciones aquí pero no resulta, la gente no tiene ganas. Ahora con las series, con todo lo que se está montando, esperemos que se pueda hacer algo. Y ojalá se haga en Galicia.
-Viene regularmente a Galicia, pero ¿qué significa volver para recoger este reconocimiento en el lugar en el que nacieron sus padres?
-Una honra, un orgullo. Representa mucho porque mis padres se fueron de Galicia porque tenían hambre, tuvieron que emigrar, salir al mundo. Se fueron con mucho miedo y con mucha humildad. A través del cine y de mi trabajo, puedo devolver algo fuerte a mi familia, a mis padres. Es muy importante este premio porque toca en algo muy hondo. Además, me encanta porque poco a poco quiero hacer cosas en O Carballiño y en Ourense; promover el cine y trabajar para ayudar al OUFF, para ver si podemos hacerlo aún más internacional. Es un festival de cine precioso, con una buena programación.
-¿Qué puede aportar al OUFF como colaborador?
-Estamos estudiando las coproducciones y la forma de promover Galicia y que la gente venga a conocer la región fantástica que es. El cine es muy importante, es lo que impulsa a la gente venir a descubrir una región, un país, una ciudad... Aquí, el hecho de que el gobierno esté implicado en promover el cine es muy bueno. No podemos hacer nada solos pero sí cuando hay gente que está dispuesta y pone medios para hacerlo.
